LaSexta estrena el próximo martes, 28 de septiembre, en prime time, la cuarta temporada de ¿Te lo vas a comer?, el programa de investigación y denuncia conducido por Alberto Chicote regresa. Esta vez el cocinero se centra en el mundo de la alimentación a través de la denuncia con el único objetivo de ser el defensor de los consumidores.
Alberto Chicote vuelve dispuesto a impedir que ‘nos la sigan colando’ y regresa a laSexta con más denuncias, más fraudes y más escándalos alimentarios.
El espacio de laSexta regresa tras el éxito de audiencia de la tercera temporada en la que anotó una media del 8,4% y 1.108.000 espectadores. En Target Comercial subió hasta el 11% de media y su programa más visto fue el último programa de la temporada (17/12/2020) que anotó un 10% de cuota y 1.428.000 espectadores.
Esta cuarta temporada constará de ocho capítulos en los que Alberto Chicote descubrirá al espectador cómo nos siguen engañando con cosas tan cotidianas como una conserva de atún o una caja de pastas artesanas.
El programa de Alberto Chicote, producido por Atresmedia TV en colaboración con Cuarzo Producciones, sacará a la luz realidades que están cada vez más en aumento pero que son ilegales y buscará respuesta a cuestiones como ¿cuántos kilos de comida acaban en la basura sin que a nadie se le caiga la cara de vergüenza?, ¿qué platos infames se están vendiendo ahí fuera como Spanish Food?, ¿todas las latas de conserva contienen lo que nos quieren hacer creer algunas etiquetas?, ¿cómo nos están engañando con la calidad de la carne?, ¿por qué se permite el fraude de llamar artesanos y caseros a productos que no lo son?
En nuestro país se tiran a la basura casi ocho millones de toneladas de comida al año. Se calcula que cada español desperdiciamos al año 31 Kilos de alimentos. Hogares, industria, campo y restauración son los puntos negros del despilfarro de comida. Se estima que solo entre los hospitales y los colegios que hay en España se desperdician 60.000 toneladas de comida al año.
SEGÚN LA FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) (datos 2017 recogidos por informe del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación) 1/3 de los alimentos producidos para consumo humano termina en los vertederos, lo que supone 1.300 millones de toneladas al año. Esto supone el empleo del 30% de la superficie agrícola del planeta (unos 1.400 millones de hectáreas) y de 250 millones de metros cúbicos de agua (casi 75 veces el consumo anual de España) para producir alimentos que acaban en la basura. Y al descomponerse producen una huella de carbono de 3.300 millones de toneladas de CO2, sólo superado por las emisiones de EEUU y China.
Alberto Chicote en este capítulo, se cuestiona: ¿Hay alguna ley que evite o regule el despilfarro ¿Cuál es la solución? ¿La donación, o minimizar los sobrantes de alimentos? ¿Quién es el responsable de este despilfarro?
Para acercarse a este gran problema de la sociedad actual, Chicote se pone en contacto con dos “waste warriors”, dos activistas antidespilfarro. Ellos le ponen tras la pista de un generador de despilfarro brutal: los comedores escolares. Los colegios en España tiran una media de 14.000 toneladas anuales de comida. Chicote lo corrobora rebuscando en los cubos de basura de algunos de los colegios de La Moraleja, una zona residencial de clase alta de la Comunidad de Madrid. Encuentra kilos y kilos de comida en buen estado, aún caliente, que si se hubieran gestionado bien hubieran podido haber sido donados. ¿Cuál será la respuesta de los directores de estos colegios cuando Chicote les enseñe las sonrojantes imágenes de kilos de comida en sus cubos de basura?
Preocupado por lo que ha visto en los colegios, Chicote decide buscar el origen del problema y los otros lugares donde se produce más despilfarro en nuestro país. Descubre los millones de toneladas que se tiran a la basura en origen, en el campo. Miles de toneladas de frutas en el suelo tan solo por la dictadura de la estética. Los distribuidores y grandes superficies
exigen unas características estéticas que abocan al agricultor a desechar gran parte de su cosecha por rasguños o pequeñas malformaciones. El despilfarro de comida en grandes superficies y en los hospitales es otro aspecto que analiza Chicote en este capítulo.
Pero no todo está perdido. De mano de Refood, una ONG que recoge los excedentes de comercios, restaurantes y supermercados para donarlos a los más necesitados, Chicote ve que, junto con los bancos de alimentos, una pequeña parte de la comida que sobra en España no acaba en el cubo de la basura.
Lo más alarmante del tema del despilfarro alimentario no solo es la cantidad de comida que se tira en nuestro país. Es que, al margen de la ley catalana antidespilfarro, no hay ninguna ley ni a nivel autonómico ni nacional que controle, minimice y canalice el excedente alimentario en las diferentes fases de producción. Por ello, Alberto Chicote entrevista al ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas. De él depende que se promulgue una ley que evite que 7,7 millones de toneladas de comida se tiren a la basura al año en España.
La gastronomía española está considerada la favorita entre los turistas europeos, solo por detrás de la italiana. Los restaurantes españoles y los bares de tapas se han convertido en un clásico de las calles londinenses. ¿Cómo es y qué lugar ocupa la gastronomía española fuera de nuestras fronteras, concretamente en una capital de 9 millones de habitantes como es Londres, donde las tapas hacen furor?, ¿Se le puede considerar comida española a la que se ofrece en los restaurantes de Londres?, ¿Daña el prestigio de nuestra gastronomía las paellas que se sirven en Inglaterra?, un londinense, ¿sabe realmente cómo son nuestros mejores platos o se queda con la idea de que lo que le sirven aquí es gastronomía española?
Siguiendo las recomendaciones de las guías gastronómicas, Chicote visita varios restaurantes y tabernas ‘typical spanish’, con un resultado desastroso. Haciendo un sondeo por las calles de la ciudad Chicote descubre que la gastronomía española para un londinense se reduce básicamente a la paella. Se pregunta entonces, ¿qué tipo de paellas se sirven en Londres? Para salir de dudas, Alberto visita varios famosos mercados. Allí hay diferentes puestos donde se vende paella junto a un cocinero español que lleva años haciendo auténtica paella valenciana en mercados ingleses. Lo que nos encuentra, dista mucho de la calidad que debería tener nuestro famoso plato.
Alarmado por las paellas que ha probado, Chicote acude a Arros QD, el restaurante del tres estrellas Michelín Quique Da costa en Londres. Allí su jefe de cocina, Richard de la Cruz le muestra cómo se cocina una paella como marcan los cánones y le da las claves de cómo deberíamos hacer para proteger el buen nombre de nuestra gastronomía internacionalmente.
Alberto Chicote visita las cocinas de uno de los restaurantes españoles que gracias al reclamo “español” llena su local casi cada noche. Lo que ve en esa cocina le deja impactado. Mal producto, pésimas condiciones de trabajo y comida precocinada es la rutina en el
restaurante. Pero no solo se maltrata al nombre de nuestra gastronomía en los restaurantes. Alberto descubre que los productos que se venden en los supermercados de
Londres con la palabra “español” en su etiqueta son un horror. En una cata con el consultor gastronómico José Sol se lleva las manos a la cabeza cuando prueba la tortilla de patata, los supuestos ibéricos o los guisos que un londinense encuentra en un supermercado de la ciudad.
Con la pandemia se ha disparado el servicio de comida a domicilio y el take away y con ello, la actividad ilegal y los incumplimientos de la Ley de Seguridad Alimentaria. Un boom que ha provocado que los negocios al margen de la ley proliferen. Alberto Chicote descubre al espectador, si es legal y seguro cocinar en casa y hacer negocio con esa comida. ¿Quién vela porque no suframos una intoxicación? ¿Cuál es el castigo para los que incumplen la Ley de Seguridad Alimentaria?
Chicote se dispone a desenmascarar a aquellos que ponen al consumidor en peligro vendiendo la comida en el mercado negro que preparan en las cocinas clandestinas de sus propios domicilios. Luego reparten los alimentos sin refrigerar en el Metro, o en el coche particular junto a un perro entre las bolsas de comida. El cocinero aprenderá junto a un tecnólogo de alimentos todos los peligros para la salud de los consumidores que acechan escondidos en cada rincón de una cocina de un hogar.
Pero Alberto Chicote no solo encuentra cocinas clandestinas en domicilios. También en locales a pie de calle que no cuentan con los permisos sanitarios necesarios ni con las licencias que exige la ley. Chicote pedirá explicaciones a las administraciones con competencias en este tema llegando a entrevistar al alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome. En esta ciudad gallega el cocinero descubre una churrasquería que hace negocio vendiendo comida sin los permisos necesarios.
Alberto conocerá a empresarios de la hostelería como Nino Redruello, creador de los famosos escalopes a domicilio Armando. Le contará todos los detalles que tiene que cumplir un negocio para no poner en peligro la seguridad alimentaria de los consumidores, el dinero que ello cuesta, así como los riesgos que entraña vender la comida que uno hace en casa en una cocina clandestina.
Ocho millones y medio de españoles sufren obesidad; el doble que hace dos décadas. Así que las dietas tienen cada vez más clientes: El 19% de los españoles se puso a dieta el año
pasado, pero ocho de cada diez fracasó. ¿Fallaron ellos o son las dietas “estrella” una farsa?: Un estudio de la British Medical Journal sobre las 14 dietas más populares concluye que los beneficios no duran más de un año. ¿Qué comemos o dejamos de comer para que la tasa de fracaso sea tan elevada?
Se calcula que nos gastamos al año más de 2.000 millones de euros en intentar adelgazar. Las dietas milagro se multiplican… los falsos nutricionistas copan la red con peligrosos tratamientos. En este programa Chicote investiga las dietas milagro, las sustancias peligrosas y los falsos nutricionistas que engañan con ellas.
Alberto se propone descubrir al espectador: ¿Hay forma de controlar el mercado negro de productos adelgazantes ilegales? ¿Quién persigue el intrusismo entre los profesionales de la nutrición? ¿Qué riesgos conlleva seguir dietas sin rigor científico ni control médico?
Chicote se adentrará en un mundo que le toca de cerca, el de las dietas. Sabe mejor que nadie que no hay atajos para adelgazar de forma sana. Tan solo ponerse en manos de un especialista, el ejercicio y la comida sana y equilibrada. Por ello, decide investigar a quienes, sin escrúpulos, venden productos adelgazantes ilegales haciéndose pasar por falsos nutricionistas, así como a los supuestos profesionales de las dietas que prescriben regímenes de dudosa efectividad y seguridad.
Para ello, lo primero que hace es conocer a cuatro personas con sobrepeso con un largo historial en dietas milagro y peligrosos productos adelgazantes. Ellos le ponen tras la pista de la Lidadaidahua, unas pastillas que se venden en el mercado negro como naturales, pero que realmente contienen sibutramina. Un peligroso componente que puede llevar al que lo consume a la muerte.
Descubre que existe una la alerta de la Agencia Española del Medicamento que prohíbe su comercialización desde 2010. Chicote se sorprende al ver que, a pesar de la prohibición, se vende en webs y en páginas de anuncios bajo distintos nombres: Lida, Reductil, etc. En las etiquetas consta que el principio activo es la sibutramina. Ve la noticia de que el fabricante del Reductil (Abbott) antes de la prohibición reconocía en 2002 que el producto está relacionado con 34 muertes.
Tirando del hilo, Alberto Chicote descubre que existen organizaciones internacionales que para hacer negocio con la sibutramina y dar al negocio una apariencia de legalidad llegan incluso a suplantar a farmacias, médicos y personajes populares españoles.
Cada español compra de media unos cinco kilos de carne vacuna al año. Somos de los países más carnívoros del mundo. Los españoles no solo devoramos la carne fresca de la carnicería de toda la vida. En los últimos años se ha puesto de moda lo que se conocen como carnes premium.
El kobe y las carnes maduradas son las estrellas de muchos restaurantes y carnicerías. La carne de Kobe puede rondar los 400 euros el kilo. Pero… ¿nos están vendiendo como Kobe una carne que no lo es? ¿Todas las carnes maduradas son seguras a nivel alimentario? ¿Quién controla y en base a qué normativa que una carne que lleva meses y meses afinándose en una cámara no provoque una intoxicación?
En este programa Chicote trata de averiguar la estafa, en el caso de la carne de Kobe; y falta de garantías en seguridad alimentaria en la carne madurada. En restaurantes, en carnicerías… la presencia de la afamada carne japonesa de Kobe es cada vez mayor de cara al consumidor. ¿Pero llega tanta carne de Kobe certificada a nuestro país para hacer frente a la demanda?
Sólo algunos ejemplares de la raza wagyu japonesa son certificados como “Kobe”: criados y sacrificados en esa ciudad de una manera exclusiva.
El fundador del Santuari, el primer restaurante español certificado por la Asociación Oficial del Kobe, desvela a Alberto Chicote que la gran mayoría de los restaurantes y carnicerías que venden Kobe en nuestro país cometen fraude. En su investigación, Alberto confirma que en España se está vendiendo como Kobe carne que no lo es (que solo es Wagyu o ni siquiera eso) por parte de distribuidoras, carnicerías y restaurantes. Chicote se pondrá cara a cara con estos vendedores de carne que dan gato por liebre al consumidor.
Chicote centra su investigación también en el boom de la carne madurada: desde empresas cárnicas hasta carniceros de barrio se han apuntado a esta moda que consiste en someter piezas de carne a temperaturas y condiciones de humedad determinadas durante un tiempo (desde 30 días a años) para conseguir texturas más sabrosas. El problema es que el proceso no está estandarizado ni regulado. El cliente debe confiar en el buen hacer del carnicero y esperar que esa carne esté libre de bacterias, hongos y conserve su valor nutricional. Y también esperar a que no le timen cobrándole más por una carne que, en algunos casos, no ha pasado por un verdadero proceso de maduración.
En nuestro país se consumen al año 100.000 toneladas de atún o bonito en conserva. No solo somos unos grandes consumidores, además, España es el mayor productor de conservas de Europa. Solo en el País Vasco, el Bonito del Norte mueve 40 millones de euros al año. La transparencia en el etiquetado de latas o de botes en ocasiones brilla por su ausencia.
Es un producto estrella en nuestras mesas y somos país productor por excelencia (el primero de Europa, acaparando el 67% de la producción, y el segundo del mundo). ¿Qué intereses ocultos hay detrás de la opacidad en las etiquetas de las conservas? ¿Nos están colando especies de menor calidad en lugar de bonito del norte o atún? ¿Estamos comiendo pescado en conserva del índico o del pacífico creyendo que es del Cantábrico?
Eugenio Elduayen, presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Guipúzcoa, denuncia que se está dando gato por liebre con el Bonito del Norte. Por un lado, asegura que se vende sarda, melva y otras especies (de mucha menor calidad) como Bonito del Norte, algo que es ilegal, por tanto, fraude al consumidor. Por otro, luchan contra lo que consideran un engaño al consumidor: la venta –en fresco, congelado y conserva- de Bonito del Norte que en realidad no ha sido pescado en el Mar Cantábrico, sino en aguas del hemisferio sur. No es ilegal, porque se trata de la misma especie “thunnus alalunga”, pero el consumidor relaciona “norte” con “Cantábrico” y considera de mayor valor el pescado en aguas nacionales.
Lo corroboran los pescadores de Guipúzcoa, que es la provincia española que más bonito del norte captura: en el Cantábrico el bonito se pesca con anzuelo vivo, mientras en otras zonas se pesca con artes de arrastre, lo que estresa al animal; y en estas aguas el pescado se enfrenta a temperaturas y oleaje que imprimen unas características especiales a su carne.
Eugenio explica que al consumidor es fácil engañarle porque, además del bonito del norte cantábrico y foráneo, existen 25 tipos de atunes en aguas internacionales y la legislación sobre el etiquetado es confusa e incluso contradictoria entre la española y la europea: la europea permite etiquetar la melva como bonito y la española, no. El engaño al consumidor también es económico: es más caro el bonito del norte que el bonito o el atún que la melva.
Alberto Chicote investiga si nos están colando unos pescados más baratos en las conservas de atún y bonito como le cuentan en el País Vasco. Manda a analizar ocho latas y botes a un laboratorio de referencia. Los resultados arrojan el alarmante balance de un 25% de fraude. En una de las latas en cuya etiqueta pone atún en aceite realmente contiene melva. Otro bote de cristal que debería contener bonito del norte, el pescado que contiene es sarda. Chicote no tiene otra que pedir explicaciones por este engaño al consumidor a los propietarios de las empresas responsables del fraude.
Además, Alberto Chicote comprueba tras entrevistar a miembros del lobbie de presión ecologista en la UE y a una europarlamentaria, que la propia patronal de los conserveros españoles presiona para que Europa no obligue a las empresas conserveras a poner más información al consumidor en sus etiquetas.
Chicote comprueba cómo no solo hay falta de información en el etiquetado de las conservas. En una ruta por diferentes pescaderías descubre que la gran mayoría de los vendedores no especifican ninguna información al cliente, haciendo muy fácil el engaño al consumidor.
¿Los insectos serán la alternativa a la proteína de la carne en España?
Actualmente existen más de 1.900 especies de insectos comestibles. La explosión del consumo humano de insectos se está produciendo ya en Europa. Ya formaban parte del menú habitual de 2.000 millones de personas en todo el mundo, según la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Los expertos en alimentación prevén que los insectos serán la alternativa a la proteína de la carne en España y en los países de nuestro entorno. Así que la UE se ha apresurado a regularlo en la Ley de Nuevos Alimentos. Dicha normativa está en construcción, pero es clara: de momento sólo 8 especies procedentes de 5 países (además de los de la UE) están permitidos en España para consumo humano.
Pero, ante la novedad del producto y con una normativa en desarrollo, el equipo del programa ha descubierto un mercado negro de insectos; bichos no autorizados, traídos a través de cauces ilegales de países no permitidos y de origen salvaje (recolectados de la naturaleza y no controlados en granjas, como marca la ley). Y esos insectos se están vendiendo para consumo humano en tiendas a pie de calle y comercio online. Además de que se están sirviendo en restaurantes de varios puntos del país.
Ese mercado ilícito supone un peligro para el consumidor: se trata de especies cuyos riesgos sanitarios van desde los alérgicos, los bacteriológicos (como el streptococo), los víricos (como hepatitis A y E), o los químicos (metales pesados). No están suficientemente analizados por las autoridades sanitarias, por eso no se ha aprobado su consumo. Tampoco ofrecen seguridad al provenir de lugares que no cumplen con las garantías sanitarias exigidas en Europa. Y mayoritariamente se trata de bichos salvajes, así que se desconoce si proceden de entornos contaminados.
Alberto Chicote probará los insectos autorizados con chefs reconocidos, que ya los han incorporado en sus cartas. Uno de ellos es Roberto Ruíz, el primer estrella Michelín a un restaurante mexicano en Europa.
Comprobará cómo la geografía española se está poblando de granjas de insectos, al menos un centenar ahora y la creación prevista de 4.200 empresas facturando 350 millones de euros. Saldrá a la calle para dar a probar los insectos permitidos a los consumidores españoles que todavía no los han degustado. Y pedirá explicaciones cara a cara a quienes venden bichos prohibidos de forma irresponsable y a restauradores que los sirven en sus mesas reconociendo, sin pudor alguno, que están dando de comer insectos ilegales y fuera de control.
Los alimentos “artesanos”, “caseros” y de cualquier apellido que nos suscite producto natural, sano, auténtico y como lo hacen abuelos y padres…están de moda. Pero ¿es realmente “casero” y “artesano” todo lo que nos venden como tal? Organizaciones de consumidores tienen claro que no, y llevan tiempo denunciando que nos engañan, incumpliendo normativas como el Reglamento Europeo REGLAMENTO (UE) No1169/2011 DEL PARLAMENTO EUROPEO Y DEL CONSEJO de 25 de octubre de 2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor. También denuncian la ausencia de leyes en España que regulen el uso de estos términos: qué requisitos técnicos deben cumplir los productos alimentarios para poder utilizar la etiqueta de “casero” y “artesano”.
La ausencia de normativa da vía libre a que muchos fabricantes abusen de estos apellidos confundiendo a los consumidores, aunque las claves para identificar a los auténticos artesanos y caseros y para desenmascarar a los ficticios se las dan a Alberto Chicote varios reconocidos artesanos de la alimentación, chefs como Pepe Solla y expertos en tecnología de los alimentos y nutrición. Esas pautas son: productos elaborados eminentemente a mano, producción limitada y con ingredientes naturales sin añadidos y fechas de caducidad cortas.
Con esta guía, Chicote descubre todo tipo de falsos “caseros” y “artesanos”: embutidos, empanadas, tortillas, pastas, tartas Mercadona, croquetas o canelones. Chicote probará la mayoría de estos productos y los dará a probar en una cata popular, un experimento en el que comprueba hasta qué punto estos apellidos aumentan el atractivo de los productos que los llevan ante los consumidores; el atractivo, y las ganancias de los fabricantes, que pueden permitirse cobrarlos entre un 20% y un 30% más caros.
Alberto pedirá explicaciones a tenderos, distribuidores y fabricantes de falsos “caseros” y “artesanos”. Algunos reconocerán la falsedad y el abuso de estos términos para aumentar sus ventas y también se ampararán, sin tapujos, en la ausencia de leyes para seguir utilizándolos.