‘En Portada’ estrena el reportaje ‘Alemania: Winter is coming’, en el que bucea en las decisiones políticas que han provocado la gran dependencia alemana del gas de Putin. La guerra de Ucrania está causando tal crisis energética que un país como Alemania, tan dependiente del gas ruso, ha tenido que adaptarse con otras fórmulas. Entre ellas, seguir con el lignito, uno de los carbones más contaminantes. Un panorama que se muestra en la semana que empieza la Cumbre del Clima en Egipto, la COP27.
Ciudadanos de la primera potencia europea hacen acopio de leña o alternan casa para teletrabajar y compartir gastos de luz y calefacción. Alemania se enfrenta a una situación desconocida en siete décadas: una inflación de dos dígitos mientras busca gas en el mercado internacional a precios mucho más elevados que los pactados con el Kremlin, el proveedor del que se ha hecho cada vez más dependiente durante medio siglo a pesar de las advertencias de sus socios europeos y de Estados Unidos.
El gobierno de Scholz, formado por socialdemócratas, liberales y ecologistas, ha autorizado la vuelta al servicio de una treintena de centrales de carbón y ha prorrogado el cierre de sus centrales nucleares para hacer frente al invierno en un país extremadamente dependiente del gas para calefacción y para industrias como la química o la cervecera.
Un equipo de ‘En Portada’ ha recorrido 2.500 kilómetros por varios estados federados de Alemania para mostrar a vecinos expulsados de sus pueblos por la ampliación de minas de carbón a cielo abierto. Ha estado con economistas, empresarios, historiadores y trabajadores. También, ha entrevistado al portavoz de la Agencia Federal de Redes, el organismo encargado de decidir a quién le quita el gas si el país se queda sin este combustible.
Mientras, las explosiones en los gasoductos del Nordstream en el fondo del mar Báltico simbolizan el fin de una era de colaboración e interdependencia entre Alemania y Rusia.