Era su tercera oportunidad en el talent culinario y esta vez ha sabido aprovecharla. Anabel Alonso se corona como la ganadora de este MasterChef Especial Navidad. Junto a La Terremoto de Alcorcón, Mario Vaquerizo y Carmina Barrios ha protagonizado una final muy reñida, a la par que divertidísima. Porque si algo ha tenido esta edición, además de mucho nivel, es que ha sido tronchante. Todo gracias a los aspirantes, que volvieron a los fogones para quitarse la espinita que tenían clavada e intentar ganar. Al final ha sido la actriz y cómica la que ha demostrado todo lo que ha aprendido durante este tiempo. ¡Hasta su hijo Igor ha estado apoyándola! Así te hemos contado, minuto a minuto, la final de MasterChef Especial Navidad.
Anabel Alonso, Carmina Barrios, La Terremoto de Alcorcón o Mario Vaquerizo entraron en plató rebosando energía, felices por haber llegado a la final. Los jueces tenían preparada una sorpresa, un regalo de Reyes… ¡Ana Mena! La cantante nos deleitó con su tema “Música ligera” mientras los aspirantes no podían evitar ponerse a bailar. El vencedor de este programa se llevaría el trofeo y 25000 euros para donar a una causa. Además, podría disfrutar de un curso intensivo de cocina en el Basque Culinary Center. Carmina Barrios no se veía en el duelo final, pero Pepe Rodríguez tenía la solución: los jueces sacaron de debajo de la mesa las chaquetillas con el nombre de los finalistas bordado.
Los finalistas esperaban la clásica prueba de cada final de MasterChef, en la que tendrían que seguir al chef. Sin embargo, entraron en plató Fina Puigdevall y Martina Puigvert, madre e hija, del restaurante Les Cols. “Yo tengo enchufe, las conozco”, reconoció La Terremoto. La prueba fue demasiado complicada: en lugar de seguir a un solo chef, los finalistas tenían que trabajar a buen ritmo para seguir las indicaciones de ambas. “Es la primera vez que lo hacemos en la historia del programa”, señaló Jordi Cruz.
Las chefs cocinaron por relevos, aunque los aspirantes no tardaron en perderse. “Esto es una locura“, aseguró Carmina Barrios, ella iba a su ritmo. Desde el principio el cocinado fue un desastre, los finalistas no se aclaraban con los materiales y robaban a su compañero de al lado. Anabel Alonso le quitó la batidora a La Terremoto de Alcorcón. Era tal el gallinero que había montado que los jueces tuvieron que pedir silencio. Algunos ya lo daban por imposible a mitad de la prueba y se lo tomaban a cachondeo, pero no dejaron de cocinar en ningún momento.
Los jueces ya veían por dónde iban a ir los tiros. “La que peor veo es a Carmina“, murmuró Pepe Rodríguez. En algo coincidían: todos estaban siendo caóticos. Eso sí, se lo estaban pasando bien. No lograban llevar el mismo ritmo que las chefs y se inventaban los pasos y las cantidades. Esto pintaba muy mal…
Carmina Barrios no podía más y terminó tirando la toalla, a pesar de los intentos de sus compañeros por animarla. Al mismo tiempo, Anabel Alonso estaba desesperada, no conseguía escuchar las indicaciones con los gritos de sus compañeros. Quería ganar y lo dio todo. “¿Y ese humo que le sale a Carmina? ¿Qué ha quemado?”, se preguntó Pepe Rodríguez. El cazo rápidamente prendió fuego y tuvo que intervenir Jordi Cruz para apagarlo. “No he visto un cocinado tan caótico en la vida“, aseguraron los jueces, que no daban crédito a lo que veían.
“Ha sido uno de los cocinados más divertidos en mi historia de MasterChef“, aseguró Mario Vaquerizo antes de las valoraciones. Él fue el primero en presentar su plato. Estuvo más pendiente de su querida amiga Carmina que de sus propias elaboraciones, pero el resultado no fue tan malo como se podría esperar. Los jueces aplaudieron su generosidad. Carmina Barrios: “Yo he hecho lo que he podido”, aseguró. La esferificación le salió perfecta y eso que no llegó a pesar las cantidades. La que tiene ojo, se nota… Poco se parecían su plato al de Anabel Alonso, que a pesar de los gritos de Carmina, logró sacar adelante una réplica casi exacta del original. La Terremoto de Alcorcón estaba orgullosa con el resultado y los jueces aplaudieron su actitud, así que le dieron el aprobado ¡y con nota!
En el cuarto puesto, Carmina Barrios; en el tercero, Mario Vaquerizo, la plata se la llevó La Terremoto de Alcorcón; y, por lo tanto, Anabel Alonso se convirtió en la primera duelista de este MasterChef Especial Navidad.
Un escenario a la altura de una final como esta… Las cocinas de MasterChef viajaron a ¡Disneyland París! Mario Vaquerizo, Carmina Barrios o La Terremoto de Alcorcón, uno de ellos iba a ser el segundo duelista al final de este segundo reto. Los menús que tuvieron que replicar, uno diferente cada uno, fueron un homenaje a la cocina francesa: una menestra de verduras y salmón en croute para Mario Vaquerizo, por un lado; el segundo menú, una terrina de foie gras y el pichón de bresse para La Terremoto; y las colmenillas y trompetas y la tarta Paris-Brest para Carmina, como ella lo bautizó, “las trompetillas de la muerte”. Para el cocinado contaron con casi cuatro horas.
Para animar a Mario Vaquerizo llegó María Escoté a cocinas, finalista de la última edición de MasterChef Celebrity. Ella y sus hijas tuvieron que probar los platos de los aspirantes y dieron su veredicto al final de la prueba. ¿Quiénes eran el resto de comensales? ¡Yolanda Ramos! La exaspirante más divertida de MasterChef llegó para alentar a su amiga La Terremoto de Alcorcón. También estaba Nico Abad, que visita a Carmina Barrios.
A la hora de emplatar, Mario Vaquerizo se dio cuenta de que le faltaban algunas elaboraciones, tampoco tenía verduras suficientes para todos los comensales. Sin embargo, al ver el plato parecía que tenía buena pinta su menestra. ¿Opinaron lo mismo los catadores? Jordi Cruz ayudó a emplatar a La Terremoto y después a Carmina, pero la actriz necesitaba algo más que una pequeña ayudita… Si a Mario le faltaban algunas elaboraciones, a Carmina más. Su postre no se parecía mucho al original.
Emocionados, con lágrimas en los ojos, así terminaron la prueba los finalistas de este MasterChef Especial Navidad. Llegó el momento de las valoraciones y a Mario Vaquerizo le llovieron los halagos, hubo algunos fallos, pero tanto su actitud y como el resultado final se merecieron un notable. La Terremoto de Alcorcón estuvo tan concentrada que hasta los jueces se han quedadoron sorprendidos. Carmina Barrios no fue la más rápida, pero tiene mano y lo demuestra en cada cocinado. En cambio, su postre no consiguió el aprobado.
Y el segundo duelista fue… ¡Carmina Barrios! La aspirante salío huyendo después de escuchar su nombre, pero no, todo se trataba de una pequeña broma. ¡La Terremoto de Alcorcón es la ganadora del reto! Menudo susto se llevó Carmina…
Para Anabel esta era su tercera oportunidad en el talent culinario, lo cierto es que esta vez se dejó la piel, porque ella es muy competitiva y trabajadora, por eso llegó hasta aquí. Era la favorita, por la que apostaban todos sus compañeros. La Terremoto es pura diversión, pero sabe concentrarse cuando es necesario. Parecía inofensiva son sus looks de fantasía, pero nada más lejos de la realidad, fue la segunda duelista.
No estuvieron solas en este reto decisivo. Anabel Alonso recibió la visita de su pareja Heidi Steinhardt y de su hijo Igor, de dos años y medio. ¡No puede ser más tierno! Para animar a segunda duelista, entró en plató el hermano y la sobrina de La Terremoto de Alcorcón. Tampoco faltaron a la cita a los aspirantes de esta edición, ¡al completo! Desde el primer expulsado, José Corbacho, hasta el último, Mario Vaquerizo. Y cómo no, los asesores y exaspirantes de MasterChef Junior, que les acompañaron en esta aventura. ¡Había más! Debajo de unas campanas se escondían las cabezas de Almudena y Guadalupe, campeonas de MasterChef Abuelos. Ellas podían invervenir durante el cocinado para echar una mano a las duelistas, un regalazo para cerrar esta edición por todo lo alto.
Las duelistas diseñaron un menú completo para conseguir el deseado trofeo. El de Anabel, inspirado en los lugares de su vida. La Terremto de Alcorcón elaboró un menú a través de sus platos como un homenaje a los artistas, a ella se la veía menos apurada que a su compañera y con más cachondeo. No se callaba, ni siquiera en el duelo final. Sus excompañeros desde la galería le llamaban la atención y le pedían que dejara de dar la lengua y que se concentrara. Los jueces le advirtieron: “Anabel está más concentrada que una pastilla de caldo”. A ella le dio igual y siguió con su estilo, narrando cada paso que daba como si fuera un partido.
Anabel Alonso confesó que para elaborar este menú la ayudaron desde el restaurante Atrio. La Terremoto de Alcorcón también tuvo quien le echera una mano, en especial Oriol Castro, del restaurante Disfrutar. Las dos estaban muy preparadas. Anabel fue la primera en utilizar el comodín que le regalaron los jueces y le pidió ayuda a Almudena para limpiar las kokotxas. La Terremoto de Alcorcón llamó a Guadaliupe para que le echara un cable con los berberechos.
Jordi, Pepe y Samatha no fueron los únicos que probaron los platos de las duelistas. Entró en plató el gran chef Pedro Subijana, acompañado por su nieto Adur. El duelo final estaba de lo más emocionante, pero no para Boris Izaguirre, que se quedó dormido en la galería hasta que Pepe le despertó. A La Terremoto de Alcorcón no le estaban saliendo las cosas como tenía planeadas en los últimos momentos del cocinado, a Anabel se le perdió una de sus elaboraciones… ¡cómo se notaba que estábamos en la recta final y la tensión se apoderó del plató!
“El menú se llama ‘biografía’, un homenaje a mis raíces”, explicó Anabel Alonso, la primera en presentar su entrante: una tosta de tartar con lomo y mahonesa de pimentón. Una “buena carta de presentación”, según los propios jueces. “Aquí hay la mano de una gran cocinera”, reconoció Samantha. El menú de La Terremoto de Alcorcón se llamaba ‘carretera y manta’ y se lo explicó a los jueces a modo de cuento, ¡se quedaron hipnotizados! Como entrante, una buena moluscada que también convenció a los jueces y a Pedro Subijana. Quizás le faltaba un poco de complejidad, solo por ponerle un ‘pero’.
De Anabel los jueces destacaron su técnica y de La Terremoto… Lo de La Terremono no fueron solo buenos platos, lo suyo fue un auténtico show. Su plato principal les dejó con la boca abierta, un bocadillo deluxe. “Un diez”, sentenció Jordi. Anabel le dedicó el postre, la guinda del pastel, a las mujeres de su vida. Un homenaje a Argentina que le quería dedicar a su pareja y a su madre. “Está increíble”, confiesó Samantha.
Una final muy reñida, pero solo podía ganar una… ¡Anabel Alonso! Era la gran favorita, por su capacidad de trabajo, por todo lo que aprendido desde la primera vez que puso un pie en el plató… Por eso y por mucho más, se llevó el trofeo a casa. ¡A la tercera va la vencida! Los 25.000 euros fueron para la Fundación Pequeño Deseo. “No me lo creo. En ninguna de mis quinielas estaba yo”, confesó Anabel.