‘Informe Semanal’ aborda la inmigración, en el centro de la discusión política y social, y analiza el próximo reparto de menores extranjeros y el nuevo reglamento de la Ley de Extranjería. Además, ‘Volver a leer’ pone el foco en la nueva ola lectora en nuestro país.
El nuevo reglamento de la Ley de Extranjería, según los distintos colectivos y asociaciones, tiene sus luces y sus sombras. Por ejemplo, los solicitantes de protección internacional estarán obligados a empezar de cero si su petición es denegada. ‘Informe Semanal’ se desplaza a Segovia para hablar con Ibou Ndiaye Faye, un joven electricista de origen senegalés que podría perder su permiso de trabajo y, por tanto, su trabajo. Él mantiene la esperanza y no pierde la sonrisa: “Tenemos que aceptarlo. Tenemos que adaptarnos a cada cosa, en cada momento. Es duro, pero quiero ser optimista”.
En paralelo, el gobierno negocia en el Congreso una regularización extraordinaria en toda España semejante a la que recientemente ya ha beneficiado, en Valencia, a unos 25.000 inmigrantes que viven en municipios afectados por la DANA. Es el caso de los venezolanos Winsler y José, que sufrieron la terrible gota fría de hace nueves meses en Algemesí. Coinciden en que es “una sensación agriculce: tristeza por lo ocurrido, alegría porque llegan las ayudas”.
Estar empadronado era imprescindible para poder optar al proceso y, para muchos, como apunta Ana Ferrer, educadora social de Valencia Acoge, ha sido una misión imposible: “Algunos viven en bajos que no tienen cédula de habitabilidad. O están subarrendados sin el permiso de los propietarios de la vivienda. O les piden hasta 500 y 600 euros por empadronarles”. Luego, un paso lleva a otro.
Con los papeles en regla, Tamara y Esperanza esperan desde la localidad de Alfafar poder encontrar un empleo. Porque la regularización por la DANA es temporal. Se ha concedido por un año y, para renovarlo, se tiene que haber cotizado un mínimo de tres meses o haber realizado cursos de formación. “Para las mujeres es más complicado porque los hombres encuentran enseguida una salida, por ejemplo, en la construcción. Está el tema de cuidado de personas, de la limpieza, pero es verdad que hay mucho “trabajo en B”, en la economía sumergida”, dice Jhonny Valles, de la Koordinadora de Kolectivos Valencia. “Necesitamos soluciones duraderas”, añade Francisco José Rojo, coordinador del servicio jurídico de ACCEM, “porque, dentro de cinco o diez años, vamos a volver a encontrarnos con un elevado número de personas en situación irregular”.
Quién iba a pensar que, en tiempos de titulares efímeros y de pantallas y plataformas hipnotizadoras, se iba a producir una nueva ola lectora. El encierro de la pandemia cambio todo tipo de costumbres y, desde entonces y hasta ahora, “hay más gente que lee, también más gente que se anima a compartir sus lecturas, ya sea en redes, en los clubes de lectura o en muchos otros formatos”, afirma Raquel Brune, escritora y también “booktuber”. Convirtió su pasión en su medio de vida y ya es una veterana creando contenidos en redes: “Si miramos hacia el público más joven, ha habido dos booms indiscutibles, que son el de la fantasía y el de la fantasía con un punto de romance. Infravaloramos mucho esa lectura que te evade y te entretiene, pero creo que estaríamos muy perdidos sin ella”.
Las posibilidades son amplias. Lo sabe Juan Gómez-Jurado, rey del thriller, uno de los best sellers de nuestro país: “Mi trabajo es contagiar la pasión por la literatura. Yo no soy Juan José Millás ni soy Enrique Vila-Matas. Yo soy una clase de escritor que lo que quiere es entretener y divertir a los demás, porque esa es la manera en la que conseguimos crear lectores que acaban luego leyendo otras cosas”
Nunca imaginaron los editores de Blackie Books que su apuesta por una novela inédita de los años 80, de un autor fallecido y desconocido en Europa, acabaría siendo un gran éxito literario actual. ‘Blackwater’, de Michael McDowell, es imbatible. Jan Martí lo explica: “Es una novela única porque está escrita en seis volúmenes. McDowell, queriendo homenajear a los folletines del siglo XIX de Dumas o Balzac, en realidad, estaba anticipando el que sería el gran fenómeno cultural del siglo XXI, que son las series de televisión”.
Desde su redescubrimiento, ha inspirado pódcasts, canales de Telegram, cientos de vídeos y muchas tertulias, que también se prodigan. Luis Díaz de Bustamante es escritor y un habitual de los clubes de lectura. “El libro es el denominador común, pero nunca sabes cómo va a acabar esa conversación”, afirma. También está acostumbrada a interactuar con los lectores Andrea Reyes, que hace seis meses abrió la Librería Celama en Madrid: “Ha habido un pequeño resurgir no solo de las librerías, sino en general de leer, del cuidado de los libros, del gusto por los libros”. Incentivan la imaginación y son un refugio, cada vez, más compartido.