Tras confirmar que se separa de su marido, Carmen Alcayde nos explica en ‘Sálvame’ que está un poco “abrumada” con las reacciones pero que para ella, aunque es un momento “complicado”, ahora está “contenta” porque han tomado la decisión para “bien”. Pero ¿Qué ha desencadenado la separación? La colaboradora del programa nos cuenta algunos de los motivos en directo.
Carmen se derrumbó en ‘Sálvame’. La ausencia de su anillo de casada precipitó la noticia: se había separado de su marido tras 30 años de relación, 19 de matrimonio y tres hijos en común.
Pasados los días, la colaboradora del programa nos contaba que recibió muchos mensajes: “Parecía que me daban el pésame y me llegaron a deprimir”, confesaba un poco “abrumada”. Y es que, aunque para ella es un momento “complicado”, está “contenta” porque han tomado la decisión “para bien”.
Por ello, no entiende situaciones como la de Ana María Aldón y José Ortega Cano: “No lo entiendo porque cuando algo no funciona y no eres feliz, tienes que coger las riendas de la vida”.
Pero ¿Qué hizo que diera el paso? Este verano, la colaboradora vivió varias cosas que le hicieron “click” y dejaba caer que fue ella la que tomó la decisión, aunque ahora los dos están de acuerdo. Después de tener esa conversación, todo fue un tanto “extraño”: “Hubo momentos en el salón, luego nos bajábamos a tomar algo y nos reíamos, yo decía ‘esto no es serio’… Hemos sido muy amigos también”.
Uno de los clicks que vivió Carmen fue en el ‘Mediafest’. Se lo pasó en grande bailando, cantando… y, sin darse cuenta, ahí percibió algo: “Me acuerdo que me quedé hasta las tantas y fui tan feliz… sin saberlo ese fue un click, me llenó tanto…”.
Aunque la conversación surgió de forma natural, al exmarido de la colaboradora le pareció bien. Ya lo habían hablado, él mismo la animó a decirlo en ‘Sálvame’ para estar arropada por sus compañeros antes de que un tuit o una fotografía diera lugar a especulaciones.
Haciendo otro paralelismo con la situación de Ana María Aldón y José Ortega Cano, Carmen nos contaba que en una separación, aunque la casa familiar sea propiedad de su pareja, podría quedarse en la vivienda con los niños, pero ella no quiso hacerlo: “A mí no me apetece echarle de su casa”.
Así que la colaboradora alquiló un piso con el “beneplácito” de su expareja que se implicó en le proceso hasta el punto de hacer alguna de las visitas: “Tiene habitaciones para los niños y fue de mutuo acuerdo, me fui para no fastidiarle a él la vida y su casa”.