laSexta estrena mañana una nueva entrega de ‘Pesadilla en la cocina’ a las 22:30 horas, con Alberto Chicote desplazándose hasta Humanes (Madrid) para afrontar la misión de reflotar ‘La Fortaleza’ y, sobre todo, echar una mano a su dueño, al que tendrá que calmar sus explosiones de ira y enseñar a organizarse mejor para no acabar con la paciencia de sus empleados y de sus clientes.
‘Pesadilla en la cocina’, que cumple una década en emisión, se ha convertido en uno de los grandes puntales del entretenimiento de laSexta.
El formato producido por Atresmedia TV en colaboración Warner Bros. ITVP España ha contado siempre con un gran seguimiento por parte de la audiencia. El estreno de la octava temporada cosechó un 8,2% de cuota con casi un millón de espectadores. El programa de laSexta sedujo a cerca de tres millones de espectadores únicos.
Así es el programa de esta semana
Alberto Chicote responde a la llamada de socorro de Óscar, un curtido hostelero de gran vocación, cuyo negocio –‘La Fortaleza’– arrastra las consecuencias de la pandemia con deudas y falta de clientes. Pero la llegada del chef pondrá sobre la mesa otras posibles razones por las que el negocio no funciona. Y es que los nervios de Óscar, su pésima gestión de la presión, la falta de organización y, en ocasiones, sus malos modos amenazan la buena marcha del restaurante.
Con una larguísima trayectoria en bares y restaurantes, Óscar abrió ‘La Fortaleza’ en 2019 con la esperanza de hacer realidad el sueño de tener su propio negocio hostelero, en el que sus padres invirtieron todos sus ahorros. Un negocio en el que llegó a tener catorce empleados que en la actualidad se han visto reducidos a dos.
A pesar de denominarse cervecería, ‘La Fortaleza’ es un restaurante de carnes y eso se presta a confusión. Además, la carta se toma licencias con respecto a platos típicos y las croquetas, supuestamente caseras, no lo son. Pero, sin duda, el gran obstáculo para la buena marcha del restaurante reside en la pésima organización derivada del nerviosismo de su dueño, Óscar. Su motivación no está en duda pero su habilidad para gestionar la presión se ve superada, dando lugar a malas formas, fallos organizativos, lágrimas de los empleados y desafección de los clientes. Además, el propietario se empeña en hacerlo todo, ralentizando el trabajo de los demás y dificultando su fluidez.
Paciencia, educación, confianza, respeto y templanza serán las insignias que Alberto Chicote le otorgue a Óscar al inicio de la jornada. Su objetivo será mantenerlas al finalizar el servicio. Porque sólo si el dueño consigue calmar sus enfados, rebajar la tensión en la cocina y autocontrolarse su negocio tendrá una nueva oportunidad para salir a flote y convertirse en el sueño de toda su vida.