El Silencio de Otros

“Lo injusta que es la vida… no la vida, los humanos somos injustos”. Con esta descarnada reflexión somos testigos del sufrimiento y desesperación de miles de personas que lo único que desean es que la justicia restablezca lo que nunca han recibido, la dignidad de sus muertos y la condena a muchos de los verdugos que siguen viviendo bajo la impunidad del olvido.

El silencio de otros es un documental producido por Pedro Almodóvar y rodado en un periodo de más de siete años. La narración comienza con la denominada “Querella Argentina” que se interpuso fuera de nuestras fronteras. Asistimos pues a varios frentes, las personas que buscan a sus familiares en las fosas, las personas que fueron torturadas en el periodo de la dictadura, y las mujeres que sufrieron el robo de sus hijos en el momento de dar a luz… Hace más de cuarenta años que pusimos fin a la dictadura Franquista pero seguimos impregnados de reductos totalitarios incompresibles en un país supuestamente avanzado. La ley de Amnistía que se aprobó en 1977 fue a todas luces un error histórico.

Se puede entender que en los primeros años del postfranquismo, España quisiera empezar de cero quizás por miedo de que se volviera a un estado dictatorial, pero cuando cuarenta años después tenemos una ley que viola los derechos humanos y que sigue tratando a las víctimas del Franquismo como apestados, condenándolos al olvido, nos damos cuenta de que la solución nunca debe ser tapar lo que ocurrió sino aprender de ello para que nada parecido vuelva a suceder.

A través de relatos de personas que vivieron en primera persona torturas, hijas que vieron morir a sus padres, madres que sufrieron el robo de sus hijos, se hace muy difícil defender como parte de la sociedad siga pensando que no hay que remover el pasado, que esos temas no son importantes, incluso algún “político” llegó a decir aquello de que muchos solo se acuerdan de sus padres cuando existen subvenciones…

Cuando tu propio país te niega la justicia, cuando victimas tienen que convivir a escasos metros de sus torturadores que ni siquiera han sido juzgados, cuando no puedes recuperar los restos de tus padres y tienes que escuchar los argumentos zafios y vulgares llenos de odio y de rencor sobre las víctimas de la dictadua.

Cuando un país se olvida de sus cuentas pendientes, de sus cunetas, de sus víctimas silenciadas, está condenado a repetir su historia, cuando muchos desde sus púlpitos agitan las banderas contra los que no piensan igual somos testigos del fracaso de esta sociedad podrida por un revisionismo histórico vergonzoso y miserable.

Joan Español Benach