No, la audiencia no acompaña a la actual edición de Operación Triunfo, un programa que nos cuesta a los españoles unos 14 millones de euros. Anoche la nueva gala acaparó la atención de apenas el 12% del público durante sus más de 3 horas de duración. ¿Está enterrado ya el formato y no era preciso reanimarlo? El tiempo dirá, lo que sí es cierto es que los despropósitos continúan…
Parece mentira que una productora con tanta experiencia como Gestmusic se permita esos graves errores de sonido que ya hicieron de la edición anterior un auténtico caos. Esta vez vuelven a ocurrir y en cada gala, lo que desluce la factura final del programa. Por no hablar del horrible vestuario, que poco ha cambiado desde OT1 sin que nadie haga nada por evitarlo…
Anoche el presentador Roberto Leal le preguntó a la concursante valenciana que qué tal estaba. El “molt bé” de Samantha y que replicó su compañero de canción para Leal era catalán, “estás aprendiendo catalán” dijo Leal. Si la chica es valenciana lo suyo es que hubiera dicho que estaba aprendiendo valenciano. En OT se dan golpes de pecho con canciones en otros idiomas y luego afean al valenciano sin pedir disculpas de esta manera.
La actitud de la concursante canaria Eli ha sido una de las más bochornosas vividas jamás en la historia del talent. ¿Qué ha hecho el programa? Un sermón de una hora y ya está. Actitudes como la de Eli están fuera de toda excusa y debería haber sido expulsada. Hay demasiada gente joven que ve este programa…
Menos mal que los chicos y chicas de OT 2020 tuvieron ocasión de tener una charla sobre LGTBI en la academia porque diferentes concursantes habían mostrado poca empatía y respeto con el colectivo debido a comentarios desafortunados.
Otras ediciones de OT se caracterizaban por incluir concursantes con voces más diferentes. Los de esta son buenas sí pero no muy distintas entre sí por lo que el efecto sorpresa queda deslucido en cada programa.
Nos quejábamos de cómo T5 trato OT en su paso por la academia pero este OT en la tele pública no tiene nada que envidiar a aquellas otras ediciones. Parece que priman más las peleas, las riñas y los toques de atención que las clases…
… que por cierto ¿dónde están? Apenas se repasan las clases en las galas, no nos hemos familiarizado con la mayoría de los profesores. Y apenas vemos el trabajo de los chicos y chicas durante la semana.
Y todo ello está haciendo mella en unas audiencias que están muy lejos de lo esperado firmando ya la peor edición de la historia de OT. Su share está por encima del de La Uno pero el 12,6% de anoche es insuficiente para un mega proyecto como este, 4 puntos y medio por debajo del invento de El Tiempo Del Descuento de T5.
¿Estamos ante la, ahora sí, última edición de la historia de OT? Molt mal… en valencià