Cuatro de cada diez españoles se han sometido a una intervención estética en nuestro país. ‘Comando actualidad’ recorre esta semana el mundo de la medicina estética. El número de tratamientos ha crecido hasta 900.000 en el último año. El 72% es demandado por mujeres y el 28% por hombres. Los expertos alertan: crece el intrusismo, se estima que en España hay un millar de centros sin autorización y los consumidores de medicina estética son cada vez más jóvenes. La edad media ha bajado de los 35 a los 20 años, según los últimos datos.
A sus 42 años, Erik Putzbach ha perdido la cuenta del número de operaciones estéticas que lleva, pero sabe que son más de 30. Empezó a los 21 años afilando su nariz. “Pensé que después de esta operación sería el hombre más feliz del mundo; pero no hice más que empezar. Si hay algo que no te gusta, pues te operas”, exclama. El cirujano plástico que la va a operar asegura que “conoce muchos médicos que hacen cirugías estéticas sin la titulación necesaria y que siempre es mejor realizarlas en un hospital donde haya más médicos y no en una clínica privada”.
Una mala práctica en el quirófano puede desembocar en gangrenas, necrosis e, incluso, la muerte. Luciana se tiene que someter inmediatamente a una mastectomía y una reconstrucción mamaria por una infiltración de silicona mal hecha. Estela acaba de ganar una sentencia después de cinco operaciones fallidas: “Estaban aprendiendo a operar conmigo”, afirma. Y asegura que el médico que la operó “hizo algo que no sabía hacer y la nariz se me hundió”. Se estima que en España hay un millar de centros sin autorización ejerciendo la medicina estética y que sólo dos de cada diez usuarios piden el número de colegiado a quien realizar el tratamiento, según la Sociedad Española de Medicina Estética.
El ámbito universitario es también un reflejo del interés social por la estética. Ahora mismo la cirugía plástica es una asignatura optativa muy demandada en el grado de medicina. Bernardo Hontanilla es profesor de cirugía plástica y reparadora y cirujano plástico. “Yo aconsejo a los pacientes que pidan el título, que lo vean en la pared y si no está colgado, que lo soliciten. Tiene que estar homologado por el Sistema Nacional de Salud”, señala.
“Cada vez se empieza antes”, cuenta Desiree, propietaria de un centro de peluquería y estética. “Les encanta venir, posar y subirlo rápidamente a las redes sociales”. “A veces vienen con expectativas muy Disney que no están dentro de nuestra realidad,” afirma Francisco, peluquero. Los consumidores de medicina estética son cada vez más jóvenes. La edad media ha bajado de los 35 a los 20 años, según los expertos, detrás de esas cifras están las redes sociales.