Dado el gran recibimiento de la primera temporada de Mindhunter, se han generado grandes expectativas de cara a la llegada de la segunda, estrenada este verano en la plataforma Netflix. Y todo parece indicar que los nuevos capítulos no han defraudado ni a sus seguidores ni a la crítica. Las experiencias de los agentes Holden Ford y Bill Tench, protagonistas de la serie junto a la Doctora Wendy Carr, han atrapado, una vez más a los televidentes con sus casos sórdidos y sus métodos para atrapar a los asesinos en serie.
Para los que todavía no conocen la temática de Mindhunter, su relato nos lleva a la época en la que se creó la Unidad de Análisis de la Conducta del FBI, en los años 70, así como sus primeras aportaciones para resolver casos a través del perfil psicológico y el apoyo en las investigaciones a los diferentes cuerpos policiales estadounidenses.
Aunque se trata de una serie de ficción, los personajes están basados en dos agentes reales, John Douglas y Robert K. Ressler, pioneros en este campo y cuyas andanzas inspiraron los acontecimientos que podemos seguir en los diferentes capítulos. De hecho, la figura de John Douglas ya dejó su huella en la película El Silencio de los Corderos, más concretamente, en uno de sus protagonistas: el agente Jack Crawford.
La primera temporada se centraba mucho más en conocer a nuestros protagonistas, sus caracteres y, sobre todo, la forma en que nace la idea de formar la unidad y las dificultades para llevarla a cabo. Desde luego, como podemos ver en esos primeros episodios, los agentes tienen que defender su iniciativa contra viento y marea, entre desobediencias y arriesgando su puesto en diversas ocasiones; “jugándoselo todo a una carta”, como reza la popular expresión. Pero el proyecto sale adelante y, con participaciones exitosas en algunos casos, comienza la consolidación de la unidad, que nos llevará a la evolución que acontece en la temporada actual.
En esta segunda temporada (y sin querer avanzaros demasiado, ya que os recomendamos encarecidamente que no os la perdáis), las colaboraciones en las investigaciones tienen un mayor calado, y también la temática y el fondo es más oscuro, perturbador. Los personajes evolucionan, y no siempre por gusto propio; y, evidentemente, la propia unidad también debe adaptarse a los nuevos retos.
Dicha evolución en los protagonistas está muy bien sustentada por los actores. Incluso, en muchas ocasiones, el hierático agente Ford, interpretado por Jonathan Groff es capaz de sumirnos en su ardua cruzada personal por incorporar lo metodología a los policías más reticentes. Holt McCallany, por su parte, en el papel del agente Tench, aporta su visión más experimentada en su rol de agente de vuelta de todo lo que tiene que hacer, el puente entre las viejas creencias y la nueva ciencia criminalística.
La atmósfera, la época, e incluso la música, como ya ocurrió en la primera temporada, están notablemente conseguidas y seleccionadas para transportarnos y sumergirnos en el mundo de los sucesos oscuros que representan el fondo de la actuación de nuestros agentes. Pero también el guión y la forma de tratar los acontecimientos que se van sucediendo están bien elaborados. En algunas ocasiones conmueven al espectador, en otras lo exasperan, en muchas le golpean. No dudamos del mérito que tiene en todo ello su productor ejecutivo, David Fincher.
Para muchos, Mindhunter tenía que ser una serie más sobre análisis psicológico de asesinos, con agentes que descubren mágicamente la identidad de los criminales y corren tras ellos con sus armas en mano, como Mentes Criminales. Pero al poco de comenzarla descubrimos que su temática es bien diferente y consigue engancharnos. De hecho, se ha convertido en uno de los buques insignia de la plataforma Netflix, junto a otros productos de gran éxito como Stranger Things, Russian Doll o Black Mirror.
No es de extrañar, por tanto, que las opiniones de los espectadores sean mayoritariamente positivas o muy positivas; de hecho, es de las series mejor valoradas del panorama actual. Estamos seguros de que, a los que habéis visto ya la primera temporada, no os hará falta insistir mucho para convenceros. Pero si nunca antes os habéis adentrado en el universo de Mindhunter, no podemos más que recomendaros que no esperéis ni un día más en disfrutar de esta ficción (o no tan ficción) que a nadie deja indiferente.