La isla de las infidelidades

La isla de las tentaciones se ha convertido en el reality revelación de Mediaset, triunfando en Cuatro los martes y los viernes, con el debate, y los jueves en Telecinco. La isla de las infidelidades, también podría llamarse. Porque al final, el programa ha sido eso: un putiferio, que diría mi abuela, en el paraíso. Christofer y Fani, protagonistas absolutos, han mostrado a la creciente audiencia la desgraciada realidad de las infidelidades entre parejas.

Y no se trata de juzgar, porque cada relación es un mundo, pero lo que hemos visto en este programa es durísimo: ella se presentó pregonando fidelidad eterna para, a la primera de cambio, caer en la tentación y reírse en la cara de su pareja. Los psicólogos, los psiquiatras y los terapeutas de parejas se frotan las manos, porque van a ver incrementar sus clientes gracias a este programa. ”Eres mala”, le dijo Christofer después de ver junto a ella galopando sobre Rubén.

La isla de las tentaciones está arrasando en Mediaset porque, pese a ser un programa enlatado y editado, ha recuperado la naturalidad y espontaneidad que han perdido otros similares del grupo como Gran Hermano, Gran Hermano Vip o Supervivientes. La segunda edición mejorará todavía más su audiencia, especialmente si es en directo.

Lo mejor, en cualquier caso, del reality ha sido descubrir a Mónica Naranjo como presentadora. Está sublime. Ha nacido una estrella.