No cabe duda que la popular comedia de Telecinco ha escrito con nombre propio una página en la historia de la cadena, ¡y lo que le queda! porque sus capítulos tienen pinta de que serán repetidos durante años y tiempo después de que esta termine. Sin embargo como ya pasó en las últimas temporadas, la serie ya no es aquella serie fresca y desternillante de antaño y ese amenazante tufillo cutre que desprende avisa de que la historia ya no da más de sí.
Es la hora de echar el cierre, aunque sabemos que la próxima será la última temporada de La que se avecina, ¡menos mal! Esperemos que los guionistas se curren algo más la despedida que la actual temporada, y que la ficción de los hermanos Caballero cierre con un broche de oro y con un lugar entre las grandes comedias de la historia de la televisión en España.
Ocurrió la temporada pasada y ocurre esta, La que se avecina ha perdido su gracia. También esa movilización masiva de la audiencia que hacía que cada regreso de la serie rompiera los audímetros. Esta vez no ha ocurrido lo mismo, de hecho esta semana apenas 2,5 millones de personas veían el capítulo de turno. La que se avecina debió terminar hace algunos años ya como, por ejemplo, hizo Aída. La otrora gran comedia de Telecinco decidió cerrar tramas antes de caer en capítulos insulsos, audiencias paupérrimas y tramas que flaco favor le harían a un pasado argumental glorioso.
Sin embargo en La que se avecina no ha ocurrido lo mismo. El error de esta serie, aunque desde sus inicios, es querer beber demasiado de Aquí no hay quien viva sin ser Aquí no hay quien viva. Cuando algo triunfa de manera original y espontáneo y se intenta repetir de una manera forzada ocurre lo que ocurre y con La que se avecina ha pasado esto. Afortunadamente la serie encarrilló más tarde hasta tener una personalidad propia y una época dorada en cuanto a calidad cuando el personaje de Estela Reynolds era la estrella absoluta del cotarro vecinil.
Ahora es ver un capítulo de La que se avecina y ves una serie que ya huele a vintage, más propia de la década de los 2000 que de casi el 2020 en el que nos encontramos. LQSA ha quedado ya aletargada pero en todo: en historias, en esos decorados de cartón piedra que te dañan la vista e incluso en chistes sexistas y tránsfobos repugnantes más de serie de los 90 que de una sociedad como la actual más abierta, comprometida y respetuosa. Bueno, en realidad es ficción y tampoco hay que sacar las cosas de quicio en este sentido…
La que se avecina no es una buena serie, ya no lo es y está bien que termine. Llegó a ser una gran comedia dónde muchos actores deseaban fichar y que recuperó parte de su gracia con la incorporación de actrices de la talla de la gran Loles León. Otros decidieron dejar el barco antes de que se hundiera, como vemos que ocurre.
Hay de todo en cuanto a actuaciones pero todas ellas demasiado forzadas y quizás esto es lo que me echa para atrás a la hora de verla con más contundencia o aguantar algo más de un capítulo completo frente al televisor. Vuelvo a decir que esa copia de exageración y aspavientos que funcionaba en Aquí no hay quien viva aquí ha sido demasiado copiado y este ha sido un error de base de La que se avecina.
Hemos tenido sorpresas como los imprescindibles personajes que interpretan actores de la talla de Macarena Gómez, Paz Padilla, Miren Ibarguren o Víctor Palmero con actuaciones de las más destacadas de entre todos los vecinos de Mirador Montepinar. También personajes con actuaciones más bien flojas como las Vanessa Romero, Eva Isanta o Nacho Guerreros. Sea como fuera, es el momento de decir adiós a esta serie y que sea FDF quien siga explotándola durante años, sería lo suyo. La audiencia ya no es tan masiva como antes y el argumento ya no da más de sí.