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Las consecuencias de no pagar un mini préstamo

Encontrarse en un punto donde no puedes pagar la cuota de un préstamo es incómodo e indeseable. En el caso de los minicréditos y los préstamos rápidos sin papeles, donde sólo hay una cuota, es incluso peor: lo primero que tenemos que tener en cuenta para solicitar este tipo de créditos es que seamos capaces de devolverlo en su totalidad en el plazo acordado.

Sin embargo, hay momentos en los que nuestros cálculos pueden fallar. Ahí es cuando entran en juego otros costes a los que hay que hacer frente si no podemos devolver el importe del minicrédito que te concedieron.

Las comisiones de demora y las posibles soluciones

Antes de nada, debemos saber que cada entidad tiene una política distinta cuando se aproxima la fecha del final del plazo y no se puede devolver lo prestado. La mayoría, sin embargo, aplica una teoría similar.

¿Has pensado en aplazar el pago? Cuando sabemos que no vamos a poder devolver el préstamo en el plazo indicado, hay que solicitar un aplazamiento.  La mayoría de las entidades permite esta opción. Así, evitaremos que nos cobren intereses de demora. Pero cuidado, esto no significa que no tengamos que pagar un coste en otros conceptos. De hecho, todos los prestamistas que ofrecen esta posibilidad cargan un coste por ello.

En este aspecto, las diferencias de precio son amplias. Algunas entidades ofrecen variación, otras lo publicitan de entrada. Lo más común es que el cargo crezca progresivamente conforme aumenta el período de aplazamiento. Haciendo una media aproximada, un tercio de los prestamistas cobran una comisión del 15% sobre la deuda pendiente de pago para aplazar el pago una semana; algo más de un 20% para dos semanas y sobre un 40% para un mes.

Los temidos intereses de demora y las comisiones

Ya sea porque no hemos pedido el aplazamiento o porque el prestamista no nos deja solicitar más retrasos en el pago, tendremos que hacer frente a los intereses de demora. Su coste está expresado en porcentaje diario y todas las entidades los cobran. Su cargo varía en cada caso. Suelen ser intereses menores o iguales al interés normal del préstamo.

En los casos en que son superiores, la subida también es ligera, de una o dos décimas porcentuales como mucho. El resto de las empresas mantienen el coste en ambas situaciones.

Como hemos visto, la penalización por impago a través de los intereses de demora es bastante continuista. Sin embargo, se producen más costes: reclamación por impago, comisión por entrar en demora, comisión por reclamación de impago… Cada prestamista le da un nombre distinto, pero al final es una comisión por entrar en una situación de demora. Como ocurría en el caso del aplazamiento, la comisión crece de forma progresiva cuanto mayor es el período de tiempo que un usuario está en situación de impago. En cuanto a costes, es ligeramente superior a la del aplazamiento. Para evitar esta situación, tanto en situación de demora como de haber aplazado el pago, lo ideal es devolver la deuda pendiente en cuanto podamos para evitar seguir generando intereses.