Llevamos un mes de febrero algo atípico en las audiencias de La Uno. Sí, siguen siendo bajísimas, demasiado para una cadena pública y con la inversión y presupuesto de la que disfruta. Sin embargo, sin emisiones destacables La Sexta ha conseguido superarla en más de una ocasión, algo prácticamente inédito. La cadena pública agoniza y lo peor de todo es que parece que ha tirado la toalla porque el problema viene de lejos…
Hace tan solo unos años, ni en sus mejores sueños, a La Sexta se le pasaba por la cabeza poder superar a La Uno. Pero así ha sido y durante varios días en lo que llevamos de mes. Y el día que no la supera se queda a unas décimas (por ejemplo el pasado martes con un 7,5% estuvo a tan solo dos décimas del 7,7% de La Uno). Con Cuatro ya totalmente hundida, parece cuestión de tiempo que la cadena verde consiga afianzarse en una tercera posición que La Uno, antigua cadena líder y competitiva, parece no tener ninguna ansia en retener.
La sangría de audiencia continúa en la primera cadena de la televisión pública. Asuntos políticos aparte, la renovación o parcialidad ideológica de TVE parece no haberle sentado nada bien. Centrándonos en La Uno, sus directivos y sobre todo Rosa María Mateo, administradora, pensaban que con ciertos cambios y ya con las garras del PP fuera de ella iba a suponer un revulsivo en cuanto a sus cifras de audiencia. Sin embargo, el efecto ha sido todo menos el deseado. Las acusaciones de manipulación durante años y una programación, en parte, poco competitiva e interesante han hecho mella en los espectadores que, pese al cambio de gobierno, siguen abandonando el uno de su mando a distancia. Pero a TVE parece que le importa bien poco.
Si cadenas como La Sexta con Arusitys y en menor medida Cuatro con concursos como El concurso del año ha supuesto un soplo de aire fresco a la poco original franja matinal, La Uno repite una fórmula que no funciona. Sea con el PP o sea con los cambios establecidos con la llegada del PSOE al poder.
Está claro que, en la actualidad, la fragmentación de la audiencia ha obligado a las cadenas a replantearse la vara de medir de un éxito -por ejemplo, series en prime time que apenas superan los 2 millones de espectadores y que son renovadas por una nueva temporada o al menos con consideradas un acierto en el complicado tablero televisivo-. Pero lo de La Uno es de traca.
El tándem magazine, programa de cocina y programa de crónica social ya no funciona, está caduco. Sin embargo la cadena parece tener miedo a desmantelarlo cual columnas de un partenón griego. La mañana de María Casado lleva ya varias temporadas en antena y ha empeorado la audiencia que conseguía Mariló Montero, pero lo peor viene ahora luego. Casado apenas supera el 7% frente al 16% de Antena 3 con Susana Griso o el 19% de Ana Rosa Quintana en Telecinco.
Un caso de pasotismo absoluto es Torres en la cocina. ¿Está en los estatutos de TVE que el primer canal debe tener siempre un programa de cocina en la franja matinal? Estrenado hace ya tres años, el programa es último en su franja de emisión, incluso a veces por detrás de Cuatro (¡Pobre Cuatro!). Y lo peor es que próximamente será sustituido por un nuevo programa… eso sí, de cocina. El masoquismo de La Uno parece no tener límites. Y vuelta a caer en lo mismo.
Anne Igartiburu vive su peor época en TVE. Sin ningún prime time, su Corazón encadena mínimos de audiencia. Y está por detrás de A3, La Sexta y Telecinco en la franja, e incluso también de algunas cadenas autonómicas. A TVE parece no le importa y siguen confiando en el que, al parecer, es un programa vitalicio que debe estar por norma imperante en la cadena pública. Sí, el programa es uno de los más veteranos pero eso no es óbice para que corran nuevos tiempos y nuevas ideas. Una muestra más de que a TVE hace tiempo le dejó de interesar competir y solo lo hace en prime time moviendo las ediciones de Master Chef, su único gran éxito, para lograr un buen share.
Otro caso de pasotismo lo tenemos en las tardes. La telenovela Acacias pronto cumplirá 4 años en antena y aún se espera que sea competitiva o se asiente en las tardes, todo esto bajo el punto de vista de poder conseguir que La Uno vuelva a ser una cadena que pueda luchar por una programación igual de costosa que eficaz en términos de audiencia.
La telenovela ha sido renovada con apenas un 8% de share. Una cifra ridícula que encima está por debajo de la media de la cadena. ¿Por qué mantenerla 4 años en antena? Hay cosas inexplicables. Como dar luz a verde a ciertos programas que han dejado la franja de tarde bajo mínimos, antes Centro médico y ahora la serie Derecho a soñar.
No cabe duda que España Directo es un programa informativo, de calidad, que recorre España de punta a punta informando sobre lo que pasa pero su planteamiento parece de la década pasada y la audiencia ha decidido darle la espalda e informarse, por ejemplo, con la competencia. Más vale tarde presenta la información de una forma más moderna y actual. La Uno parece adormecida. Innovó con Aquí la tierra y le funcionó, ¿por qué no hacer lo mismo con el resto del day time? Le da igual la audiencia, parece que La Uno solo quiere sobrevivir.