El viernes lo volvió a hacer, Arusitys consiguió un nuevo récord de audiencia alcanzando un gran 13,1% de share en las mañanas de La Sexta. Sí, es menos que Ana Rosa o Griso pero hasta casi 10 puntos más que lo que lograba la cadena en dicha franja hace menos de un año. Cifras aparte, este destacado triunfo del veterano periodista supone unas cuantas bofetadas a los prejuicios que, lamentablemente, están enquistados en la televisión de nuestro país.
Cuando el pasado verano se anunció el regreso de Alfonso Arús a la primera línea de la televisión, es decir a la televisión generalista, a nadie se le hubiera pasado por la cabeza tan magno triunfo. Ni Atresmedia, ni el propio Arús contemplaban la idea de que tan solo 6 meses después de su estreno, el programa conseguiría revitalizar la primera franja de las mañanas de La Sexta pasando de una media del 4% de share hasta prácticamente el 10% redondo. Y lo destacado de todo esto, es que la barrera del 10% no es algo complicado de superar para Arusitys. El programa consigue superarla durante muchos días.
Para Atresmedia es un triunfo total ya que Arusitys es un programa con buena imagen, una alternativa eficaz y real al resto de la programación matinal, hace perfecto tándem con otro programa de humor de la cadena como Zapeando y ayuda a que junto a otros programas de La Sexta, la cadena verde esté superando a La Uno en el cómputo diario durante varias jornadas. Llegando a convertirse en la tercera cadena más vista del país y ayudando también a que el grupo Atresmedia supere a su gran rival, Mediaset. Sin embargo, este gran triunfo del catalán y su equipo aparte de buenos datos -que es lo realmente importa- significa otras muchas cosas para la televisión en general. Lecciones donde el resto de cadenas deberían tomar nota.
Está claro que en televisión, como ocurre en todos los sectores, el relevo generacional es inevitable y hasta imprescindible pero ¿por qué desterrar de primera línea a los profesionales más veteranos? Alfonso Arús fue una de las estrellas de la televisión de los 90, especialmente en Antena 3 y TVE, pero han tenido que pasar más de diez años para que una cadena “de las grandes” vuelva a ofrecerle un programa. Y ha tenido que “probar” su efectividad en una cadena menor, la catalana 8tv y de la cual era su pilar más importante, para que se le vuelva a encargar un proyecto interesante.
Este tema es digno de debate: ¿cuida la televisión en España a los profesionales más veteranos? Muchos son “desterrados” en el mejor de los casos a cadenas autonómicas para triunfar luego y que las cadenas nacionales vuelvan a llamarles. Se han dado muchos casos. Salvando las distancias, Agustín Bravo tuvo que triunfar en Canal Sur para que, de nuevo, Antena 3 le llamara para sus tardes. O Alicia Senovilla tuvo que triunfar en TeleMadrid para así volver también a la cadena de San Sebastián de los Reyes. La lista sería larguísima.
En la actualidad, las cadenas de televisión parecen apartar a los profesionales más veteranos y reconocidos, ni tan siquiera ofreciéndoles un programa que incluso pueda reflotar alguna de sus franjas malditas como ha pasado con Arusitys. Es el caso de Mercedes Milá tremendamente eficaz en términos de audiencia con Gran Hermano y Diario de… y ninguneada ahora por las principales cadenas.
Hoy lunes, Cuatro se lo juego todo con Cuatro al día su nuevo magazine diario partido en dos bloques, uno al mediodía y otro por la tarde pero ¿de verdad que es una nueva fórmula que pueda sorprender al espectador? Algunos profesionales del medio aseguran que en televisión está “todo inventado”. Y no es así.
Sin ir más lejos, Ya es mediodía en Telecinco es un programa que en realidad nunca antes se había visto -ahora explicaré porqué- y que funciona medianamente bien. Nunca antes visto porque igual habla de Pedro Sánchez y la política española que de los últimos acontecimientos en la casa de GH DUO. Es la imagen de un programa sin complejos, un programa Frankestein que mezcla temas y no pasa nada.
Arusitys hace lo propio y es una alternativa diferente a los programas de las mañanas de la Uno, Telecinco y Antena 3. Un programa más alocado, gamberro, con más sentido del humor. Una fórmula que en radio funciona pero que en televisión nadie había probado y donde La Sexta y Alfonso Arús han atinado por completo. Tanto que ha conseguido una gran audiencia, sobre todo en la franja más joven de 20 a 35 años pese a que ello haya implicado mermar los datos de Espejo Público, programa hermano de grupo pero rival al fin y al cabo. Y no tanto las audiencias de Ana Rosa. De hecho Ana Rosa sigue con datos que rondan el 20% y Susana Griso ha perdido una media de 3 puntos que, sí o sí, han ido a parar a Arusitys.
El triunfo de Arusitys también demuestra que las cadenas no deben darse por vencidas con las tradicionales “franjas muertas”. Con una buena idea y un programa atractivo y bien planteado, se puede atrapar a la audiencia. Por ejemplo, Mediaset ha tirado la toalla con la franja matinal y, bueno, mantiene Mujeres, Hombres y Viceversa pese a su lacónico 4%. Franja muerta. Antena 3 no hace nada en sus late nights, cine básicamente. Franja muerta. TVE 1 tiene muchos problemas también, entre ellos su tarde: Derecho a Soñar hace los mismos datos que Centro Médico. Franja muerta. ¿Y qué hacen? Dejan las cosas como están o vuelven a cometer los mismos errores.
La Sexta no tenía del todo muerta su primera franja matinal pero apostando por una idea verdaderamente atractiva y no por un parche temporal ha logrado convertirse en un buen rival que tener en cuenta. Arusitys además ha ayudado a que la cadena verde junto Al rojo vivo, los informativos, Zapeando, Más Vale Tarde y El Intemedio tenga una programación habitual atractiva, con buena imagen para los anunciantes y de buenas audiencias.
Larga vida a Arusitys. La tendrá.