Las pruebas simples siempre juegan malas pasadas a los aspirantes de MasterChef. El programa de hoy comenzó con mucho fuego. Los participantes de la undécima edición tenían que escoger entre verduras y hortalizas con diferentes cortes. Desde casa puede parecer una prueba sencilla pero, a la hora de la verdad y rodeados de fuegos, muchos de ellos fallaron. Ni siquiera Eneko, que consiguió 10 minutos extra para el cocinado final donde tenían que incluir los ingredientes cortados, se libró de colgarse el delantal negro para la siguiente prueba. No sólo estaba en juego la eliminación. El mejor de la prueba podía conseguir un viaje a México y entrar en la historia dle programa.
Los mejores de esta primera prueba fueron Alex y Luca. Finalmente, el exaspirante de MasterChef Junior resultó ser el ganador del viaje para dos personas a los cabos del Pacífico mexicano y también que su plato se añadiese al restaurante MasterChef. “Supercontento de que mi plato esté en la carta de MasterChef. Eso sí lleva un poquillo de curro que me ha costado hacer”, ha comentado el catalán. No obstante otros tres aspirantes se han quedado a medio camino con sus platos: Marta, Lluis y Francesc, que hizo un pequeño homenaje a su amigo y último expulsado del concurso, Fray Marcos. Los cinco tuvieron la oportunidad de subir a la galería y permanecer una semana más en el programa.
El resto de participantes se colgaron el delantal negro para enfretarse a la prueba de eliminación. Entre ellos se encontraba Jotha, que volvió al foso después de unas semanas arriba. “Estaba acostumbrado a ver a mis compañeros desde arriba. Estando aquí me he dado cuenta que sigue todo igual. Así que no es necesario que vuelva”, ha bromeado. Para salvarse de la expulsión, el leonés y los demás tuvieron freir con aceite de olivia virgen extra, nueve de los alimentos que se encontraron bajo la caja misteriosa. Maria Lo, la campeona de Masterchef 10, fue la invitada de la noche y dio algunos consejos a los aspirantes.
Nuevamente, cinco participantes subieron a la galería y Ana y Camino, una de las favoritas para alzarse con la victoria de la undécima edición, se tuvieron que batir en el duelo final. Las dos participantes contaron con una segunda oportunidad donde tenían que realizar dos nuevas frituras que tenían que integrar en un plato libre que incluía proteína animal en 30 minutos. “No quiero decir nada. No me esperaba tener que venir con Cami”, apunta la sevillana antes de empezar. Las dos amigas se miraron, se dijeron ‘te quiero’ y pusieron rumbo al supermercado.
Una eliminación llena de lágrimas. Camino fue la elegida para abandonar el programa. Su plato llamado “Pase lo que pase… adiós, hermana” no acabó de convencer a los tres jueces. El duelo trataba de casar dos frituras en un mismo plato. A su merluza enharinada y su cebolla crunchy le faltaban ideas y una conexión entre sí. La presentación tampoco ayudó. La aspirante utilizó un plato negro donde se notaba más la grasa. La joven publicista se despidió entre lágrimas de su “hermana” Ana, con la que se batió en el duelo y del resto de sus compañeros. “Me ha podido la situación. No he podido pensar bien. Me da rabia porque me hubiese gustado irme con un buen plato donde razonase y cocinase bien”.