La noche no pudo empezar con más ritmo. El tercer programa de MasterChef 12 comenzó con Alberto demostrando sus habilidades a la guitarra. Ni los jueces pudieron resistirse a bailar el Satisfaction de The Rolling Stones en manos del aspirante. Pero después del subidón, tocaba aterrizar en las cocinas. Una caja gigante les esperaba. Ingredientes gigantes y Loreto, ganadora de MasterChef Junior 10, se escondían dentro. Cada aspirante debía escoger dos de ellos, siendo Loreto también seleccionable. Pulga fue el más listo y cogió a la pequeña chef, pero pronto se dio cuenta de su carácter y talento. “Manda más que nadie”, confesó pulga.
Pulga y Loreto: el mejor equipo que puedas imaginar en MasterChef 12
Tras un cocinado intenso donde el humor de La Terremoto -invitada de la noche– y la concentración predominaron, llegaron las valoraciones y del plato de Albero, bautizado como el más picante de la historia de MasterChef, pasamos a la col rellena de Samya y el steak tartar de María, los dos mejores platos. Pero sólo una podía ganar. Y en esta ocasión, Samya demostró su talento culinario y se coronó como mejor aspirante de la prueba. Y lo hizo con mensaje a sus compañeros: “No sé que se piensan. Yo cocino”.
Lo que Samya no sabía era la importante recompensa que ganar esa prueba tenía: el delantal de la segunda oportunidad. Hasta ahora en MasterChef habíamos visto el delantal dorado, pero este es beige, es el delantal de la segunda oportunidad. Significa que el día que Samya sea eliminada, tendrá que abandonar, pero el delantal te da derecho a volver a convertirte en aspirante de pleno derecho otra vez a la semana siguiente. Eso sí, sólo ella sabía de este privilegio y tenía que mantener el silencio. Si se lo comunicaba a sus compañeros, sería expulsada automáticamente. Con una sonrisa pícara, Samya aceptó las reglas: “Me encanta”.
Samya gana el delantal de la segunda oportunidad
El equipo de MasterChef viajó al parque de El Retiro en Madrid, donde en el Bosque del recuerdo, para rendir un sentido homenaje a las víctimas del atentado del 11M, que este año cumple su 20º aniversario. Pepe Rodríguez, Samantha Vallejo-Nágera y Jordi Cruz quisieron transmitir a los aspirantes la importancia de este reto por equipos. Ponerle cariño al cocinado era obligatorio. “Esta es la prueba de exteriores más importante de la historia de MasterChef”, confesó Jordi.
Y para este emocionante homenaje, no podíamos contar con otra chef invitada que no fuera ella: Pepa Muñoz. Es probablemente la cocinera más solidaria de España: desde ofrecer cena a gente sin hogar, a reclutar voluntarios para ayudar a afectados por incendios. Además, es representante en nuestro país de World Central Kitchen, el proyecto solidario del chef José Andrés. Pero por si no fuera suficiente, hace unos meses fue nombrada madrina del cuerpo de voluntarios de Madrid. “Es un orgullo. Ahí dentro hay gente maravillosa. Es otra responsabilidad para mí pero la llevo con orgullo”, afirmó Pepa.
Homenaje de MasterChef y Pepa Muñoz a las víctimas del 11-M
El menú preparado por Pepe Muñoz para la ocasión estuvo formado por cuatro deliciosos y complejos platos: creps rellenas de tomate asado con tartar de manzana y piparras encurtidas; albóndigas con crema de nabo y patatas fritas; tiara de espinacas con bacalao y almeja en salsa verde; y cuajada, velo de frutos rojos y helado de leche de oveja. En el equipo azul, formado por Samya -capitana-, Choco, David, Tamara, Jose, Ramón y Pulga, las cosas no salieron demasiado bien. Samya demostró que la capitanía es su punto débil y volvió a chocar con alguno de sus compañeros. Por su parte, el equipo rojo, formado por María -capitana- Celeste, Gonzalo, Alberto, Ángela, Maicol y Pilar, tampoco cumplió las expectativas de los jueces. De hecho, Pepe, Samantha y Jordi tuvieron que ponerse las chaquetillas para poder terminar el servicio a tiempo y decidieron salvar únicamente de la prueba de expulsión a Ángela, David, Gonzalo, Celeste, Pulga, Choco y Alberto. El resto fueron directos al foso.
La penúltima sorpresa de la noche fue el privilegio de Pulga: tuvo la posibilidad de condenar a un delantal blanco y eligió a David. Tamara por su parte tuvo el privilegio de salvar a un delantal negro y sin pensárselo demasiado, se salvó a sí misma. Loles León y Fray Marcos regresaron a las cocinas de MasterChef. Pero lo que no sabía Fray es que los jueces le pondrían a cocinar. La prueba de las batallas fue la protagonista. Un reto donde los aspirantes tuvieron que cocinar postres eclesiásticos: desde yemas de Santa Teresa a bollitos de Santa Inés. María, Jose, Samya y David. Uno a uno se fueron salvaron y tres se jugaron la expulsión en el último cocinado: Ramón, Pilar y Maicol. Tristemente, Ramón falló con la tarta de Santiago y terminó diciendo adiós a las cocinas de MasterChef. Se lleva el cariño de sus compañeros y del público. Ramón ha sido sin duda uno de los aspirantes que más simpatía creó en los fogones de MasterChef. ¡Gracias por formar parte de la familia!