Ya sabemos qué dos aspirantes se batirán en el esperadísimo final de temporada de MasterChef Celebrity. Tras un programa cargado de tensión, Lorena Castell y Manu Baqueiro han logrado imponerse a María Escoté y Patricia Conde y hacerse con la ansiada chaquetilla de duelista. Lorena la ha conseguido en el primer reto de la noche, en el que Manu Baqueiro se ha tenido que conformar con el segundo puesto. Ha brillado en la última prueba de exteriores, mejorando los platos preparados por María Escoté y Patricia Conde.
A la presentadora vallisoletana, por otra parte, le ha caído una gran bronca. Jordi Cruz ha llegado a decir que ha sido “una absoluta decepción”, unas duras palabras de las que Patricia se ha defendido afirmando que estaba nerviosa y bloqueada en esta última oportunidad de colarse en el duelo final. Allí veremos este martes a Lorena Castell y Manu Baqueiro. ¿Quién ganará? Así han sido las primeras pruebas de la gran final.
María Escoté, Patricia Conde, Manu Baqueiro y Lorena Castell empezaron la gran final muy contentos y orgullosos de haber llegado a este punto. Lo afrontabann con muchas ganas: Lorena, por ejemplo, se llevó un pantalón de Norma Duval a modo de talismán, mientras que Manu se tatuó la icónica “M” de MasterChef. Al principio parecía que era broma, que se la había dibujado a bolígrafo, pero es una persona de palabra y, como había prometido, sí que se ha hecho ese tatuaje.
Para conseguir la primera chaquetilla de la noche, los finalistas tendrían que bordar la prueba de sigue al chef: Oriol Castro, de los restaurantes Compartir (Barcelona) y Disfrutar (Cadaqués), con tres y dos soles Repsol respectivamente. Lorena, Patricia, Manu y María tendrían que replicar el plato que preparara el chef al mismo ritmo y, cuando terminara, dispondrían de un minuto adicional para el emplatado. Además, Oriol Castro recibió en su visita la cuchara de oro, una distinción que solo reciben los chefs que han visitado MasterChef en diez ocasiones.
La tensión se respiraba en el ambiente. Los nervios jugaron malas pasadas a los aspirantes: Manu empezó la prueba por todo lo alto, con los carabineros caídos en el suelo. Poco a poco se fueron retrasando con las elaboraciones, pese a la paciencia de Oriol Castro, al que los jueces regañaron por repetir algunas indicaciones a los aspirantes. Patricia, por ejemplo, se dio cuenta en pleno cocinado de que el horno está frío, apagado con su propia pierna sin darse cuenta, con el retraso que ello conllevaba.
Lorena, mientras tanto, seguía concentrada en sus fogones. La presentadora ya había avisado antes de comenzar la prueba de que estaría callada y a lo suyo. Aunque no la creyeron del todo al principio, casi ni se la escuchó durante el cocinado, centrada en hacerse con esa chaquetilla.
Mientras el resto de aspirantes hacían alguna pregunta al chef, Patricia se quedó momentáneamente en blanco. Tanto el chef como sus compañeros le preguntaron si está bien, pero ella aseguró que sí y prosiguió el cocinado. María, por su parte, también se despistó, pero su error era irreversible: en vez de freír el esférico de salsa de chili carabinero sobre la clara de huevo, la diseñadora echó el esférico directamente a la sartén.
“Lorena tiene chispa y rapidez. Patricia es metódica, pero le falta velocidad. Manu tiene rapidez y nervios y María Escoté ha estado más perdida…”, así resumía Pepe Rodríguez el cocinado de cada uno de los finalistas.
El veredicto fue unánime: el plato de Lorena Castell estaba estupendo, tanto de sabor como de técnica y estética. El resto de platos tenían sus defectos: mejores o peores, ninguno consiguió superar al de Lorena, que se conviertió así en la primera gran triunfadora de la noche. “Se lo voy a dedicar a mi abuela, porque es la que nos ha criado y la que nos ha puesto toda la pasión desde que yo era chiquitita”, reconoció emocionada.
María preparó el peor plato y se derrumbó, asegurando entre lágrimas que le daba “vergüenza” su creación: “Hubiese preferido no llegar a la final, directamente”. Patricia se quedó con el bronce y Manu con la plata. Ellos tres tendrían que disputarse la última chaquetilla en la prueba de exteriores con la esperanza de unirse a Lorena en el gran duelo final.
El hotel Mandarin Oriental Ritz acogió la última prueba de exteriores de MasterChef Celebrity 7. Su chef, Quique Dacosta, con cinco soles Repsol, fue el encargado de diseñar el menú con el que María Escoté, Patricia Conde y Manu Baqueiro lucharían por hacerse con la chaquetilla de duelista. Cada uno eligió los platos que quería cocinar según el orden del primer reto: Manu se quedó con el solomillo Wellington y la carrillera de atún; Patricia, con el lenguado cítrico y el huevo de yogur, y María, el bosque del Retiro y el arroz meloso. Además, la prueba rendiría homenaje a diez grandes chefs de nuestro país.
Los finalistas se pusieron manos a la obra para preparar sus platos. Todo iba bien hasta que a Patricia Conde, que ya había dicho antes que estaba despistada, se le desbordó la leche. “No sé ni dónde estoy. Estoy tan cansada, tengo un sueño…“, se lamentó ella. Los nervios pasaron factura a Patricia: agobiada, miró sus preparaciones con aire perdido y acabó saliendo de las cocinas. “Al final te puede todo: el agobio, el cansancio, el estrés, la presión, querer hacerlo bien, no querer quedar mal, y es que al final no puedes controlarlo”, aseguraba.
Aunque regresó, se notaba en sus movimientos que estaba en blanco. Manu intentó animarla y los jueces tomaron el relevo. Se encontraron a Patricia muy retrasada en su cocinado, reconociendo abiertamente que no estaba luchando por convertirse en duelista: “No puedo con tanto estrés, el calor, el sueño, el cansancio… y a Manu le hace tanta ilusión la chaquetilla”.
¡Menudo beso más inesperado! Tras programas y programas intentando conquistar a Patricia Conde, Manu Baqueiro se quedó atónito cuando la vallisoletana se lanzó a besarle. Patricia se pintó los labios con el jarabe de violetas de su postre y le dio un pico. Manu no desaprovechó la oportunidad e intentó que le diera otro beso con la excusa de volver a probar el jarabe, aunque no coló.
Los finalistas presentaron sus platos, con alguna que otra modificación en el arroz de María y el postre de Patricia. En el caso del arroz, sin la emulsión de erizo, mientras que Patricia tuvo que renunciar a hacer los huevos de yogur y, por consejo de Jordi, presentar en su lugar unas palomitas de yogur. La última prueba de exteriores de la temporada tuvo como comensales a diez chefs de renombre, como Pepa Muñoz o Lucía Freitas, que fueron homenajeadas.
La crítica más dura se la llevó Patricia Conde. Había tirado la toalla y Jordi Cruz no se cortó a la hora de reprochárselo: “Has sido una absoluta decepción y lo peor de todo es que cada vez que te intentábamos reconducir, parecía que te tomabas a pitorreo nuestras palabras”. “Estaba nerviosa, me he sentido bloqueada y sobrepasada“, se defendió ella. Los jueces reconocieron su error, y es que se arrepienten de que Patricia pasara a la final y no Isabelle Junot o Nico Abad.
María Escoté, por otra parte, se ganó los elogios del jurado. Frente al despiste de su primera prueba de la noche, la diseñadora disfrutó de cocinar en la prueba de exteriores y consiguió presentar dos platos sabrosos, pese a los fallos de su arroz meloso, con una actitud y una ilusión excepcionales.
Pero el mejor parado fue sin duda Manu Baqueiro. Parece que su nuevo tatuaje le trajo suerte, porque lo dio todo durante la prueba y demostró también su gran compañerismo. Aunque su solomillo tuvo como fallo una mayor cocción de la que requería, fue él quien se llevó la chaquetilla: “Estoy emocionado. No me creo que esté donde estoy”. Manu Baqueiro y Lorena Castell se disputarán la victoria de MasterChef Celebrity 7 en el gran duelo final, este martes a las 22:15.