‘Comando actualidad’ busca respuesta a qué esconde la lenta respuesta de los tribunales. Afectados, jueces, abogados, ciudadanos y juristas coinciden: el atasco en los juzgados condiciona nuestra vida. Desde que se pone una demanda hasta que se celebra el juicio pueden pasar entre 8 y 24 meses, según el Consejo General del Poder Judicial. Hay procesos que se alargan décadas y suponen un coste emocional y problemas de salud mental para quienes esperan. Y la demora de la justicia afecta también a nuestro bolsillo. Hasta 12.000 millones de euros están bloqueados a la espera de la resolución de conflictos en España.
Manuel tiene 63 años ha sido empresario de éxito, pero le atropelló la burbuja inmobiliaria y perdió todo su patrimonio. Se agarró a lo último que le quedaba, un solar que puso a la venta para saldar todas sus deudas. Un constructor se lo compró: le dio 25.000 euros de señal y firmó el contrato. Pero Manuel nunca recibió el dinero. El Tribunal Supremo le ha dado la razón y la sentencia es firme, le deben 599.000 euros desde el año 2013, pero el fallo no se ha ejecutado y lleva 10 años esperando. Manuel está en la ruina y sobrevive con un subsidio.
Trinidad y su marido perdieron todos los ahorros de su vida. Un vecino del pueblo les estafó. Ella es ahora una de las 30 familias de Villarubia de los Ojos, en Ciudad Real, donde los vecinos han tenido que esperar hasta siete años para que un juez dicte sentencia. Además del marido de Trinidad, otros dos habitantes de la localidad han muerto sin saber que Pedro Garrido, vecino del propio pueblo, ha sido declarado culpable de estafar casi un millón de euros. Jesús, otra de las víctimas del fraude, lleva casi un lustro tomando sedantes, antidepresivos y somníferos. Le estafaron más de 200.000 euros. “No es una cuestión de dinero, es una cuestión de salud. La gente se está muriendo de tristeza, de depresión… “, afirma indignado.
Es lo cuenta Francisco Martín, el juez decano de los juzgados de Roquetas de Mar, en Almería. “Aquí se tarda de media dos años en resolver un asunto”, señala. “No se cubren las bajas, hay falta de medios, cada vez hay más volumen de trabajo y mi sensación es que estamos perdiendo la guerra”, explica. “También es verdad que aquí en España, a la mínima vamos a los tribunales. Yo he celebrado juicios de tráfico por 48 euros en daños materiales”, añade.