María Patiño en estado de gracia. La periodista especializada en crónica social vive su segunda juventud televisiva ahora en Tele 5. Tras darse a conocer en dos pelotazos como fueron Sabor a ti y ¿Dónde estás corazón?, La Patiño vive una época dorada en Mediaset con su participación en el exitoso Sálvame, las buenas sustituciones a Jorge Javier Vázquez al frente de Sábado Deluxe y un programa propio, Socialité, un éxito inesperado en el mediodía del fin de semana que no deja de crecer.
Ni en sus mejores sueños, Tele 5 se hubiera imaginado que ese programa sobre la actualidad de los famosos y de bajo presupuesto que estrenó hace justo 2 años para los fines de semana alcanzaría cuotas del 15% de share y se convertiría en líder indiscutible de las mañanas del fin de semana.
Socialité vive su mejor época. Desde hace algunos meses prácticamente cada mes nos sorprende con nuevos máximos históricos que le han encaramado a unas audiencias que T5 no veía en dicha franja desde hacía mil millones de años. Quizás nunca. Y ha superado hasta el que ahora era la emisión más vista de las mañanas del fin de semana, las reposiciones del concurso Ahora Caigo que con un 9% de media se sitúa siempre por detrás de María Patiño.
La Patiño ya tuvo varios intentos de presentar en solitario en Antena 3 pero aquel no era su momento. Sí es verdad que aquellos experimentos estaban en una franja hiper complicada como la sobremesa. Socialité nació primero como una extensión del exitoso Cazamariposas de Divinity y realizándose desde Barcelona pero ha sido con María Patiño cuando ha adquirido personalidad propia.
María Patiño ya ha hecho el programa suyo. Ella se mueve como pez en el agua con estos temas y tiene sobrada soltura para comandar programas en directo y dar pasos a compañeros, a videos y a resolver con gracia ciertos gazapos. Vemos a otra Patiño, más relajada que en Sálvame, más risueña y tranquila pero igual de vehemente cuando tiene que ponerse seria según qué temas.
Sigue abusando del “Yo”, “yo”, “yo” pero, imagino, que no lo puede evitar. Y su joven equipo repleto de nuevas ideas aportan frescura a un formato que podría ser más de lo mismo -en parte por los temas que trata lo es- pero en realidad ha conseguido una personalidad propia.
Socialité no solo ha conseguido liderar el mediodía del fin de semana para T5 durante hora y media (de 13:30h a 15h), si no que ha conseguido mandar al absoluto ostracismo y doblar sistemáticamente al que en principio era su rival más directo, el Corazón de La Uno con Anne Igartiburu. Un programa longevo que en sus mejores tiempos acarició cuotas superiores al 20% y hoy con un 7% navega entre la invisibilidad y la indiferencia de una audiencia que prefiere el corazón más imperfecto, canalla y no tan edulcorado propio del que hace T5.
Al final T5 ha tenido paciencia con este formato y ha conseguido construir un programa con empaque y autonomía y sobre todo de gran éxito que le aporta un porcentaje importante a la cadena en términos de audiencias en el fin de semana. Y eso de agradecer.
No solo crea puestos de trabajo -estos siempre son bienvenidos- si no que apuesta por algo que no solo son reposiciones como Antena 3 que literalmente desconecta los fines de semana, ¡solo faltaría que sus informativos también fueran en diferido!
La tele en directo mola, T5 se la trabaja en fin de semana, la audiencia lo valora y le hace liderar, no hay más. Y en esto Socialité tiene buena parte de culpa. ¡Larga vida!