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Ya es mediodía, el programa frankestein que necesitaba Telecinco

Aunque pocos dábamos un duro por él cuando se estrenó a finales de la primavera pasada, lo cierto es que el programa de información diaria presentado por Sonsoles Ónega ha ido fidelizando a la audiencia día a día y ha terminado asentándose en una de las franjas malditas de Telecinco. Tampoco tiene la potestad para alardear de datos pero su media ha ido estabilizándose y se ha confirmado como el programa que, en realidad, mejor representa el ADN de la propia cadena.

SERGIO DELGADO – Aterrizó como el típico sustituto que llega a una empresa tras la marcha de un compañero querido por todos (Las mañanas de Cuatro) y al principio todos son miradas de desconfianza y guardando incluso las distancias. Tenía el listón muy alto. Las mañanas de Cuatro presumía de tener una muy buena imagen ganada con los años y ocupar, en cierto modo, su papel dentro del grupo de comunicación era una tarea casi titánica. Pero pocos meses después la decisión, al menos para T5, ha sido la acertada. Ha formado un tándem con cierto atino con El Programa de Ana Rosa aunque el hueco dejado por Las mañanas no se haya cubierto con el mismo acierto en su cadena hermana.

Sí es cierto que sus audiencias dependen en gran parte de los asuntos de más interés, alcanzando picos altos de share con sucesos como los de Laura o Julen. Ya es mediodía es el típico programa Frankestein y que mejor representa lo que es el ADN de Telecinco. Empezó siendo una cosa y ahora es otra. Ahora tiene mejores datos. Ya es mediodía es un programa esencial en la cadena porque representa la televisión sin complejos que es Telecinco. Frankestein porque en apenas 90 minutos cambia de pactos políticos y de la independencia de Cataluña, a sucesos de la España negra o a contar lo último de GH DÚO con una Alba Carrillo por ahí dando voces. Y esto es Tele 5. Una tele que no va de “cadena blanca” y que mezcla información con series de ficción de calidad a programas escandalosos donde se hablan de amarres con flujos vaginales (véase la penúltima gala del reality anteriormente mencionado). Sí es cierto que ha encontrado más en los sucesos que en la política una línea “seria” dónde empezar a identificarse, y la audiencia responde.

La sorpresa ha sido sin duda Sonsoles Ónega, encorsetada durante más de una década en información parlamentaria, que por cosas del guión ahora tiene que hablar de Chabelita. Y no pasa nada. Prejuicios tontos fuera. Sonsoles es cercana, amable y se convertirá, seguro, en una de las presentadoras estrella de la cadena. Ideal sustituta de Ana Rosa cuando ésta se jubile. Ónega ha tenido que cambiar el chip a petición del share. El Ya es mediodía que le prometieron en un principio poco tiene que ver con el actual, ahora es un maravilloso Frankestein que puede entretener a diferentes tipos de público en 90 minutos. Y antes que ver Mujeres, Hombres y Viceversa o el show aquel de los juicios que presentaba Sandra Barneda, qué mejor que ese mezcladillo de información a la hora de comer.