En ‘La Paisana’, Eva Hache conduce su coche naranja hacia Chulilla, un pueblo de Valencia a 60 kilómetros de la playa y con un paisaje esculpido por la erosión del río Turia, cuyas paredes monumentales son foco de atracción de escaladores de todo el mundo.
Eva coincidirá con paisanos divertidos y simpáticos como Gerardo y su moto de último modelo, o con Pablo y Conchi, un yerno y su suegra que se llevan a las mil maravillas a pesar de tener el árbol genealógico más enmarañado de toda España. También se topará con María y María Dolores, que le hablarán de sus años de juventud y de cuando bailaban jotas.
Además, con Herminia, una hincha del Valencia, intentará desembrollar el tema futbolístico por excelencia: el fuera de juego. Chulilla es tierra de escaladores, así que también Eva Hache se vendrá arriba trepando por las paredes del pueblo con Pedro, un campeón local y con Sofía, una argentina que llegó a Chulilla y que se ha quedado a vivir allí para siempre.