Crítica al nuevo formato nostálgico de La 1
La 1 de TVE ha apostado por la nostalgia con La Familia de la Tele, un programa que pretende rendir homenaje a los grandes rostros del entretenimiento en España. El concepto parecía prometedor: rescatar la memoria emocional de los espectadores con figuras queridas de la historia de la televisión. Sin embargo, la ejecución ha resultado ser una decepción envuelta en decorado retro y guiños sentimentales.
Lejos de ofrecer un repaso profundo o renovador al legado televisivo, La Familia de la Tele cae en el reciclaje fácil de imágenes de archivo y anécdotas superficiales. La fórmula se apoya demasiado en rostros conocidos y en una estructura que recuerda, sin disimulo, a Sálvame, pero sin su ritmo ni su capacidad para generar contenido espontáneo. El resultado es un programa híbrido que no encuentra su tono: ni informativo, ni emotivo, ni realmente entretenido.
A nivel visual, el formato peca de estático, con una escenografía que busca el confort del pasado sin aportar novedad alguna. La narrativa se siente forzada, como si los colaboradores y presentadores trataran constantemente de justificar la razón de ser del programa. A menudo da la impresión de que los momentos más potentes pertenecen a otras épocas y otros programas, mientras que La Familia de la Tele apenas actúa como un hilo débil entre recuerdos ya conocidos.
Además, la elección de contenidos parece diseñada más para rellenar que para emocionar o aportar valor cultural. La televisión pública debería aspirar a algo más que ser un museo de sus propios éxitos. Hay espacio para homenajes televisivos, sí, pero estos deben ir acompañados de una mirada crítica, creativa y actual. En lugar de eso, lo que se ofrece es una especie de karaoke visual que explota la memoria colectiva sin ofrecer profundidad ni análisis.
El programa, que apenas ha rozado el 9% de cuota de pantalla, refleja una desconexión con el tipo de televisión pública que se espera en 2025. En un panorama donde las audiencias valoran los contenidos de calidad, innovadores y con identidad propia, La Familia de la Tele parece más una estrategia improvisada que una apuesta firme.
En definitiva, si TVE buscaba un homenaje a su historia, quizás debería haber empezado por respetar su presente. Y sobre todo, por no convertir su legado en una parodia amable de sí misma.
Belén Esteban, María Patiño, Kiko Matamoros, Chelo García Cortés y compañía están en la tele equivocada. Su tiempo (de gloria en Telecinco) ya pasó.