Presume de calas salvajes, de las puestas de sol más singulares del Mediterráneo y celebra una de las fiestas más antiguas del verano. Comando al sol desembarca esta semana en Menorca para desvelar los secretos de su afamada caldereta de langosta en Ciudadela. En la ciudad más poblada de la isla balear, doscientos caballos y sus jinetes desafían en las calles a la gravedad y al calor rodeados de miles de visitantes. Rumbo al sur, el programa recala en el destino más popular de la costa gaditana. Famoso por su atún, sus salazones, su pescado de roca y abierto al mar en 25 kilómetros, Barbate ofrece un verano de pata negra y de bajo coste.
‘Menorca desbocada’
Borja Saura es caixer senyor, el hombre más buscado en las fiestas más antiguas de Menorca y del verano español. Pertenece a una de las familias nobles de Ciudadela y es el encargado dar comienzo al día grande de los festejos en la ciudad menorquina. La ropa que luce Borja tiene siglos de historia. Él y otros 100 caballeros recorren a caballo y ataviados a la vieja usanza las calles de la ciudad. En la celebración, que los menorquines datan en el siglo XIV, participan los campesinos, el clero y los artesanos. Todos los estamentos de la sociedad antigua se mezclan con los placeres de la sociedad moderna. “Esta fiesta es un honor. Desde que nací, hace 50 años, he soñado toda la vida con ello”, afirma Borja. La calle bulle al paso de los caballos y los caballeros. Turistas y locales se emocionan, aplauden y gritan en un sentimiento universal.
A la hora de comer, la caldereta de langosta es la especialidad de la isla, langostas hembra recién pescadas en el Mediterráneo. Y en las calles, los menorquines sacan a la fresca las mesas y las sillas para comer en familia: canelones, sobrasada, albóndigas, tortilla, quesos, embutidos… Y alegran el espíritu con gin con limonada. Y después del alboroto, decenas de turistas descansan en alguna de las 75 playas de aguas cristalinas. Muchas, como la playa Macarella, son salvajes.
‘Cádiz, a bajo coste’
Playas kilométricas, atún fresco, acantilados de vértigo… es la razón de que Barbate tenga récord de ocupación. Muy de mañana el mercado de abastos amanece lleno de locales y turistas. Compran atún rojo o langostinos de Sanlúcar para paellas o guisos playeros. “Este año el atún rojo ha subido unos cinco euros el kilo, aunque sigue teniendo demanda”, cuenta un pescadero. Se nota quién es barbateño entre los cientos de visitantes que disfrutan de las inmensas playas porque montan protección contra el Levante, que sopla a veces con fuerza… “Venir a nuestras playas es el verano nuestro. Hay gente que lo busca fuera, pero nosotros lo tenemos a pie de casa” cuentan las familias locales.
El sol, las playas increíbles y el buen tiempo son propicios para celebrar el Campeonato de Balonmano Playa de Andalucía, con más de 1000 jugadores. Además de comida preparada para degustar a la orilla, el guiso típico es el atún encebollado, pero también es posible probar la morena frita de la misma Bahía de Barbate a dos euros la tapa. “Más barato que regalao” asegura con gracia el dueño de un restaurante.
La otra cara de Barbate es el Parque Natural de la Breña, la ruta senderista más importante de la localidad. Pinos, marismas, mar, acantilados y dunas; cinco ecosistemas distintos… Davinia es guía y acerca a grupos de turistas a la Torre del Tajo. Se construyó, asegura, contra los piratas turco-berberiscos que se organizaban en el norte de África. El piñón de las piñas piñoneras de la Breña, remarcan, es uno de los mejores del mundo. Pero en Barbate también está el inesperado palomar más grande del mundo. Tiene un Récord Guinness y 7.777 nidos.