Los reporteros de ‘Comando Actualidad’ se acercan a lugares que pocos conocen y que son únicos en el mundo. Una antena única que estudia el espacio desde un pueblo de Ávila; la única geoda del planeta visitable sin equipo especial, en un pueblo de Almería; la mayor estupa de Occidente y la iglesia católica más pequeña del mundo, en una de las mecas del turismo español; la planta fotovoltaica más grande de Europa, en tierras extremeñas… Tesoros únicos que están donde menos te lo esperas y que han puesto a sus vecinos en el mapa.
Cebreros tiene 3.000 habitantes, se encuentra en Ávila y, aunque sus habitantes viven del vino, todos saben que la Agencia Espacial Europea ha elegido su pueblo para estudiar el espacio profundo, a más de dos millones de kilómetros, con una antena única en Europa, de las que sólo hay tres en todo el planeta. Felix aún recuerda cuando llegaron los americanos a instalarla. “Estaba el pueblo lleno, les alquilamos todas las casas a los de la NASA”, asegura. La antena mide 40 metros y en ella trabajan 11 personas.
En Benalmádena se encuentran el monumento budista más grande de Occidente y, a la vez, el más pequeño del mundo católico. La estupa tiene 33 metros de altura y recibe 100.000 visitas al año. Simboliza la mente iluminada del Buda. Muy cerca vive Carlos Francis en su castillo, construido en el siglo XX en homenaje a Colón. No es un castillo cualquiera, porque alberga dos récords Guiness: la iglesia católica más pequeña del mundo y el mayor monumento del planeta dedicado al descubrimiento de América.
La única geoda del mundo visitable sin equipamiento especial está en un pueblo almeriense llamado Pulpí. Es la segunda geoda más grande del mundo y la llaman la capilla Sixtina de la geología. Se descubrió en 1999, cuenta con ocho metros de largo y sólo dos de alto. Los turistas pueden admirar sus cristales de yeso transparentes.
La placa fotovoltaica más grande de Europa ocupa mil hectáreas, empezó a funcionar en 2020 y es casi tan grande como la ciudad de Badajoz. Se encuentra en Hinojosa del Valle, una localidad de Badajoz donde hay más placas fotovoltaicas que habitantes y muchas horas de sol. Sorprende encontrar un rebaño de 500 ovejas entre las placas. Los animales se comen la hierba y evitan el riesgo de incendio.